martes, 7 de julio de 2020

La maldita

Dalia, de diez años, había heredado de su abuela, una muñeca de porcelana, que a su vez, había sido de su madre. Esta reliquia del siglo XIX, al principio, era muy buena y tranquila, pero con los pasos de los años, la niña creció, dejó de hablar con ella y se centró más, en sus amistades. Amiguita, como la llamaba ella, cogía unas tijeras y despedazaba a todo aquel que se sentaba en su presencia. Después de estos ataques que se iban incrementando, sobre todo si había luna llena y no por las noches a principios de mes. La guerrera, luchadora, como la llamaba ahora, en lugar de quedar en el desván, escalaba para bajarse hasta el dormitorio. Por ella, al verla delante de su cama, en lugar de achantarse, arrojó la muñeca por la ventana; ella regresó con sus bucles desordenados y la asesinó en la cama. Por la noche, como habían visto tantas veces en la tele, en las películas de terror. El novio, que estaba a su lado durmiendo, salió corriendo, aprovechando que su novia, no podía salvarse. La maldita, clavó un puñal y le cortó el cuello. Así pasó a ser, la muñeca asesina, para otros,La cara de porcelana. Ahora, ¿la recogeréis?