sábado, 27 de abril de 2013

El extraño amuleto (I)


Rondaba el año de 1265, en las Hurdes, siendo un territorio de profundas gargantas y precipicios, de valles y pizarra, de jaras y madroños, de pinos y de olivos, de miel y polen, de silenciosas alquerías, de gentes trabajadoras y sencillas.
 En el convento que estaba cerca de un precipicio, pero  también estaba de tal modo situado, para que los aldeanos pudieran acceder a él con toda tranquilidad, incluidos ellos  u otros monjes.
Estos monjes benedictinos, después de rezar sus plegarias; vieron un amuleto. Nada más tenerla en su mano fray Francisco, empezó a mudar de color. Como no se lo podía creer se lo acercó más; esta vez cambió de forma; cuando lo tenía prácticamente demasiado cerca de los ojos comenzó a arder, lo soltó y se apagó de repente.
A las nueve de la noche, como la otra vez, de nuevo nada más terminar de rezar el rosario, pasó por delante del misterioso amuleto, lo recogió y lo miró de cerca, cambió otra forma totalmente distinta; sin embargo esta vez no se lo acercó a los ojos; sino que lo tiró al suelo.

Al día siguiente después de las nonas, fray Francisco se quedó el último para recoger todos los
Pasó por delante del extraño amuleto, se fue a la derecha y el amuleto se dirigió a su lado.
Entonces, le dio un puntapié, el amuleto le hizo caso omiso, poniéndose delante de él, entonces,  lo agarró, el amuleto comenzó a arder, no permitiéndole que lo soltase, cambió a un hacha, cortándola en el acto.

Muy temprano, empezaron a repiquetear las campanas en el monasterio, todo el mundo una vez que estuvieron sentados en los bancos de la cocina, se preguntaron que le ocurría al hermano Francisco, que estaba ausente, uno de los monjes, tomó la iniciativa a ver que pasaba. En cuanto llegó encontró al hermano Francisco separado de su cabeza con un corte limpio y con sangre coagulada.
El resto del suelo de arcilla, continuaba con el color marrón de todos los días; la capilla que hasta hacía poco, era la casa del señor, se había convertido en la casa del diablo.

El hermano Marcos, salió disparado al comedor, dando la mala noticia entre tartamudeos. Los demás, después de santiguarse, dejaron los platos vacíos, y se encaminaron en fila de dos hacia el lugar de los hechos.
Sin embargo, no vieron nada anormal, salvo la desaparición de Francisco. Todos se pusieron a buscarle por todos los sitios sin dar con él.
Llegaron al comedor, rezaron varios rosarios por el desaparecido. Después se sentaron a comer y a escuchar la palabra del señor.

La gran depresión (XIII)


Pocos minutos después llegó la policía y encontró a Martín sollozando y sentado en la cocina de don Clemente mientras sostenía una carta en la que el verdadero asesino había escrito.
Feliz Halloween
Un forense determinó que el viejo llevaba varias horas muerto y no pudo ser quien entregó los dulces envenenados a los pequeños. Esa noche fallecieron cuatro niños y varios más sufrieron cortes y pinchazos en sus bocas al comer chocolatinas y manzanas.

-No me extraña, que se te quedara grabado, el ver en el vecindario  en el que estabas a todos esos niños así, a mí me hubiera pasado lo mismo.- Dijo Fergusson.
- Eso no lo vi, eso me lo contó un vecino, al día siguiente después de Halloween todavía asustado. La siguiente historia lo viví  realmente.
 Esta historia se llama
La mejor decoración de Halloween
Sara y Cathy eran las típicas vecinas envidiosas que no se soportaban la una a la otra. Detrás de la falsa cordialidad y amabilidad que demostraban cuando estaban juntas, existía un profundo rencor de envidia que ninguna de las dos dudaba en mostrar cuando la otra se daba la vuelta.
Rumores, acusaciones e incluso algún que otro arañazo en la chapa de sus coches o una rueda pinchada eran habituales. No en vano se conocía desde el instituto y el amor de un chico ya las había convertido en enemigas desde entonces.
A pesar de que habían pasado muchos años y de que ambas les había ido muy bien en la vida, ambas estaban casadas, residían en el barrio residencial más caro de la ciudad y gozaban de todo tipo de lujos su rencor no hacía más que crecer y aprovechaban cualquier excusa para competir en una ridícula carrera por ver cual era la mejor y si era posible ridiculizar a la otra. Este año no iba a ser la excepción, ya que en el barrio se celebraba un concurso por Halloween para ver quien llevaba el mejor disfraz y que casa había sido la mejor decorada.
Tanto Sara como Cathy confiaban en que ganarían ambos concursos. Sara había contratado a unos diseñadores de ropa famosa para que le creara el disfraz de vampiresa más espectacular y sexy que jamás se había visto, incluso le habían confeccionado una prótesis dental a medida para simular sus colmillos. El resultado era digno de super producción de Hollywood.
Por su parte, Cathy llevaba un disfraz de bruja espectacular, no resaltaba su belleza como Sara pero era mucho más aterrador y llevaba varios trucos de magia para asustar a los más valientes.
En cuanto a decoración, ambas habían tirado la casa por la ventana y habían gastado miles de euros en iluminación, telarañas falsas, máquinas de humo seco, las más espectaculares calabazas talladas a mano y muñecas a tamaño real de todo tipo de monstruos.
Antes de comenzar los concursos  ambas se dedicaron una mirada mezcla de odio y de burla, pensando con que la otra no tenía ninguna opción de ganar, ya que cada una guardaba un as en la manga para ganar el primer premio.


Cotinuará.....

sábado, 20 de abril de 2013

Poesía moderna (II)


          Del     aire      ¿Dónde  o por donde volaré?                                     
Olas                                      través   
Las                                           a
 Viajan                           hojas
Por                                    las                              
  El                                cielo
Mar                                el
Las                           por
              estrellas

La gran depresión (XII)


A pesar de todo el esfuerzo del equipo médico el hijo de Martín falleció en menos de media hora. El médico de guardia nunca había visto un caso como el de esa noche, pero si había leído mientras cursaba medicina un caso similar. Un envenenamiento por cianuro.
Rápidamente revisó la mochila que aún llevaba el cadáver de su hijo y encontró la bolsa de caramelos que había recolectado ese Halloween. Un inconfundible olor a almendras amargas ( olor que normalmente tiene el cianuro) se desprendía de una de las chocolatinas. Al abrirla encontró e un interior un polvo blanco que claramente alguien había introducido dentro de la chocolatina. Siguió abriendo chocolatinas y encontró algunas más en el polvo y aún algo más inquietante… Al partir una de las manzanas caramelizadas encontró en su interior cuchillas de afeitar y agujas. Sin duda alguien había decidido envenenar a todos los niños del barrio o al menos provocarles daños graves con agujas y cuchillos escondidos dentro de la comida.
El médico salió corriendo al pasillo y sujetando fuertemente por los hombros a Martín le empezó a preguntar si había más niños con su hijo.
La cara de preocupación de Martín cambió inmediatamente a una total desolación.
-          ¿Ningún niño más? ¿Qué le ha pasado? ¿Dónde está?
Martín apretó al doctor y entró a empujones en la sala donde habían atendido a su hijo. Destrozado por el dolor de la pérdida en el suelo mientras abrazaba el cuerpecito sin vida de su hijo.
De pronto se convirtió un rostro  de rabia  mientras el doctor le explicaba que habían encontrado restos de cianuro en las golosinas que alguien había regalado a los niños, incluso dentro de una manzana había agujas y cuchillas de afeitar. Martín recordó cual fue la única casa donde habían regalado manzanas caramelizadas y entonces empezó a atar cabos: la amabilidad sin precedentes de Don Clemente, porque llevaba guantes dentro de la casa y que su hijo minutos después de la visita empezara a sentirse mal.
Sin media palabra salió corriendo del hospital al que justo en ese momento llegaba otro niño con los mismos síntomas de su hijo. Martín reconociendo a su vecina le dijo que avisara por teléfono al resto de madres que no dejaran comer nada a los niños. No dijo más y subió a un taxi y salió rumbo a la casa de Don Clemente.
Martín no era un hombre muy corpulento pero cualquier persona que se hubiera cruzado con él hubiese dado un paso atrás al ver su rostro desencajado por su furia. De una patada reventó la puerta de Don Clemente y entró en su casa con la intención de matarle con sus propias manos. Pero al llegar a la habitación del viejo se dio cuenta de que alguien se le había adelantado. Don Clemente estaba tirado en el suelo con la cabeza destrozada y restos de sangre seca manchaban la alfombra sobre la que estaba tendido su cadáver.

Continuará.....

sábado, 13 de abril de 2013

¿Que es el amor?


Cuando la lluvia
No amaina
¿Qué será
Del tiempo
Que estuvieron
Juntos?
Cuando el sol
Y esa pasión
Que enciende
El amor.
¿Qué será de ese
Amor que se profesaron
O no fue amor?
¿Qué fue deseo o
Simplemente un amor

La gran depresión (XI)


En cuanto vieron que pronto anochecería regresaron al pueblo donde estaban alojados, dieron un paseo. A las nueve de la noche regresaron al hotel, cenaron, fueron al coche, sacaron el pesado baúl, lo subieron por las estrechas escaleras, cerraron la puerta de la habitación, abrieron con la llave que se encontraba en la cerradura del baúl, abriéndolo en el acto, vieron multitud de apuntes sin ningún significado para ellos mal recortados, lo cerraron.
Iban  a bajar, cuando vieron a una señora de mediana edad, vestida con un vestido negro de montar. Con una yegua negra, se dio una pequeña vuelta y desapareció.
Cogieron el baúl, y lo bajaron entre los dos por las escaleras lentamente hasta que llegaron a la salida de la entrada principal; entonces apareció de nuevo montada en las ancas de otro caballo junto a un hombre.
Volvió a desaparecer. Entonces nos dirigimos al coche, metimos el baúl en el maletero.
Los albañiles, empezaron a recoger todo, como estaban tan cansados de trabajar, Washington le preguntó a Fergusson que si recordaba algún acontecimiento de la noche de Halloween  y le respondió Washington que por que, ya que faltaba mucho.  Le contestó que era por hablar algo, porque siempre hablaban siempre de lo mismo. Para dar ejemplo contó la siguiente historia:

LOS CARAMELOS ENVENENADOS

A Martín le tocó este Halloween la tediosa labor de acompañar a los niños del vecindario  en su búsqueda de caramelos tocando puerta con puerta. Todos los años uno de los padres era el encargado de vigilar a los niños, los adoraba, pero tener que controlar a tanto pequeñajo era un trabajo agotador. A su hijo de ocho años le podía dar un  par de gritos para calmarlo pero cuando su misión era vigilar los hijos de los demás su función era mucho más difícil.
Aún así tenía que reconocer que lo estaba disfrutando más de lo que esperaba, los niños se estaban portando muy bien  estaba viendo disfrutar a su hijo. Además los vecinos del barrio residencial donde vivían eran realmente amables con los niños incluso con él, ya que varios le ofrecieron golosinas y le daban ánimos con el arduo trabajo de controlar a más de una docena de fierecillas. Aunque en todo vecindario siempre hay un viejo cascarrabias al que todos los niños le tenían miedo.
Don Clemente era el prototipo de viejo viudo y amargado que aparecen en las películas. El típico anciano que no devuelve el balón a los niños cuando cae en su jardín y vivía en un viejo caserón de esos que provocan un escalofrío al pasar. Martín sabía que nunca abría la puerta a los pequeños en Halloween y mucho menos el dar caramelos, pero era su obligación acompañar a los niños a golpear la puerta. Por lo menos sería una buena excusa para asustar un poco a los niños y poder controlarlos mejor.
Su sorpresa fue enorme cuando a los pocos segundos de golpear la puerta de Don Clemente este apareció totalmente cubierto por una sábana blanca, un disfraz improvisado que a los niños les encantó. Al final el ogro ( como le llamaban algunos)  se había ablandado y repartía caramelos, chocolatinas y manzanas caramelizadas entre los más pequeños. Nunca articuló ninguna palabra pero sin duda era todo un avance en su actitud. Martín agradeció el gesto y se despidió de él con un apretón  de manos. Le llamó la atención que usara guantes dentro de la casa, pero la verdad es que el viejo era tan excéntrico que no le dio importancia. Al menos no hasta pasados diez minutos.
El hijo de Martín súbitamente empezó a vomitar, parecía que se estuviera ahogando y aunque seguía respirando lo hacía de forma débil y superficial. Segundos después comenzó a convulsionar en el suelo y sus labios tomaron un color azulado. El tiempo que tardó en llegar la ambulancia se le hizo eterno. Al llegar los sanitarios el niño estaba en coma, le entubaron para ayudar a respirar y salieron a toda velocidad hacia el hospital mientras la sirena de la ambulancia sacudía con su estruendo el pacífico y tranquilo barrio.


Continuará.....

sábado, 6 de abril de 2013

La gran depresión (X)


Como era temprano, y no se habían llevado comida, cogieron el coche, se fueron al pueblo, lo dejaron en la puerta del hotel y se fueron a la cabaña de piedra, con techo de paja. Entraron y como ellos esperaban había todavía bastantes mesas, no tuvieron que esperar en el bar, y sentarse en una de las mesas cerca de la chimenea de piedra, con unos troncos grandes dentro.
No era el típico restaurante, sino lo que a ellos les gustaba era la comida y que allí se podía comer carne de ciervo, la gigantesca chimenea de diferentes piedras, unas eran más grandes que otras, las paredes estaban recubiertas de piedra, en las zonas que no había llegado la piedra, de ladrillo visto o de madera, sobre todo el techo era de madera, la escalera sencilla también era de madera muy rústica; los servicios eran de madera sin pulir igual que los espejos del servicio de señoras, las ventanas eran muy pequeñas y muy rústicas.
Parecía que en este pueblo los años no hubieran pasado. La comida estaba servida en fuentes de arcilla; los vasos también eran de arcilla sin ningún dibujo, la cesta del pan de mimbre. Las sillas también eran bastante rústicas.
Tuvimos que esperar bastante rato, para empezar a comer, sin embargo la espera mereció la pena, la carne de ciervo era excelente, la salsa con pimienta, no estaba muy picante, las patatas no estaban ni muy hechas ni muy crudas, es decir en su justa medida.
La carne se partía con mucha facilidad, casi no tuvimos que utilizar el cuchillo de sierra que nos habían traído. A cada bocado, nos deteníamos por miedo a que se terminase muy rápido, las patatas estaban tan buenas que nos pasaban lo mismo. Comimos tan despacio, que la comida se nos enfrió. Cuando terminamos, tomamos  un postre típico de ellos era una tarta llamada Apple Crumble, como es normal le preguntamos que contenía por si no nos gustaba, nos dijo que se prepara con manzanas, a las que se recubre con una masa de harina, mantequilla y azúcar, todo ello se introduce al horno. Se suele servir acompañado de natillas, helado o compotas de diferentes frutas; además nos comentó que sentía mucho el tener que esperar tanto el postre pero es que tenían que hacerlo porque se sirve caliente tras una comida, nosotros le tranquilizamos. Nada más pedir la cuenta, nos dijeron que había una iglesia, que era muy bonita, en la cual, se contaba que una de las mujeres que se las condenó como bruja era una de ellas y maldijo la iglesia de tal modo que la iglesia dejó de utilizarse por temor a que la maldición se cumpliera.  Solo se continuó utilizando para juzgar a las brujas, la iglesia que tenían en el pueblo era la que utilizaban para rezar. En cuanto se terminó los juicios de las libres pensadoras, se cerró la iglesia y fue abandonada. Les dimos las gracias y nos fuimos.
Como tenían en mente el ir a otro pueblo, dejaron la iglesia para otro día. Visitaron los  Canales de Midland que era mucho más grande que donde se hallaban alojados, empezaron, pero viendo que tenían una red de canales que se extiende entre Worcester ,Nattingham yChester. Visitaron el acueducto de Bearley, al nore de Startford upon Avon, que atraviesa la carretera y el ferrocaril, así como el Farmera Bridge de Birgnham. Este último, en pleno centro de la ciudad, posee una serie de esclusas impresionantes. Comieron en un restaurante que era de estilo victoriano cerca de las numerosas casas de bellísimos jardines un pastel del pastor, que es un guiso de carne de verduras cubierto de puré de patatas al horno ; bebieron en unos vasos altos una cerveza de fermentación alta. La verdad es que daba pena el irse, porque los techos eran muy altos y las sillas eran muy cómodas, 
Después se fueron  a ver el castillo de Warwick Castle, rodeado de césped a la sombra de los robles; el Anne Hathaway Cottage cuyo parque reproduce un jardín del siglo XVI, y el Snowhile Mannor que se encuentra entre jardines cerrados y muy floridos. 

La guerra del poder


Era una noche cerrada en Pompeya, cuando de repente se oyó un ruido ensordecedor, todos los ciudadanos miraron aterrorizados por las minúsculas ventanas de sus casas aunque no se veía prácticamente nada.
Esta vez tuvieron suerte y cesó; enseguida todos se fueron a la cama, todavía asustados no pegaron ojo durante toda la noche. Cuando se durmieron, el  pueblo amaneció más bien a la hora de la comida, hicieron varios sacrificios para que los dioses les ayudaran.
Al mes, la gente más tranquila, empezó a robarse los unos a los otros; de hecho, los vecinos que hasta entonces habían convivido en paz y armonía, comenzaron las envidias, sin saber como.
Adriano que hacía tiempo quería las Galias, iba a entrar en combate; le hallaron muerto en sus aposentos.
Como es de suponer, comenzaron los interrogatorios, incluso con torturas, pero nadie sabía nada.
En el extremo del Imperio Julio entregó los sestercios convenidos al mercenario.
Al día siguiente, sin saber como, apareció asesinado el mercenario y Julio.
El rey de Etiopía, pagó el dinero indicado a un hombre, por la información. En ese momento, mandó preparar un asalto a Roma. Cual fue su sorpresa que su general fue envenenado. Entonces fueron a por el teniente, tomó la situación. Cuando parecía que todo estaba atado el rey de Etiopía fue hallado muerto en el lago.
Al mes el rey del Peloponeso dio tierras a uno de sus generales porque el mercenario no había regresado aún. Fueron a consultar con las adivinas; dijeron que era propicio comenzó a preparar el asalto a Etiopía, al mes empezó la batalla, un presidiario en Etiopía se escapó de la cárcel; según iba a salir, le cogieron como rehén, iba a comenzar los interrogatorios, cuando aparecieron muertos el rehén y el hijo del rey de Etiopía con sólo diecisiete años. Sin embargo la lucha siguió.
En Pompeya, sin saber como aparecieron muertos un general en su casa.
Sin embargo, todos los demás ciudadanos estaban bien.
En Grecia, sin saber como vino la peste, todos los ciudadanos murieron.
En Etiopía, empezaron a morir muchos soldados. Cuando los soldados se dieron cuenta que se rendían los etíopes, les esclavizaron. Pensando que ya serían los dueños del Imperio Romano, atacaron por sorpresa, les salió mal porque Julio Cesar había pagado a uno de los soldados y tenía preparado todo.
La batalla fue bastante sangrienta porque hubo muchos muertos, aún así duró un año.
Al final los griegos se rindieron y así fue como terminó todo, los futuros italianos conquistaron todo el mundo. 

lunes, 1 de abril de 2013

Poesía Moderna


Las               lloran
     Estrellas
                 Por
No    verte
     El
Mar
         Enfurecido
 Arrastra
           Todo   amargado
La
     Luz
Cuando
Pasas
       Alumbra 

La Gran Depresión (X)


Buscaron unas escaleras, pero la luz se fue. Esperaron pacientemente, durante varios días. Al cabo de dos semanas, consiguieron que apareciese un alumbramiento, al rato apareció unas escaleras que les permitió subir las escaleras.
Tenían tanta hambre, porque todas sus reservas las habían aniquilado, que hicieron caso omiso de unos gritos, que en otra situación hubieran ayudado.
Llegaron a la puerta, no pudieron abrirla, solo existía una escalera que no era precisamente por la que habían subido. Bajaron por las escaleras, encontrándose la cárcel, sin embargo no había nadie, la escalera que hacía un momento se encontraba en condiciones optimas, se encontraban en pésimas condiciones. 

Tuvieron que esperar varios días para poder subir y salir; sin embargo cuando se alejaron la puerta se mantenía cerrada y bastante ajada.
Al día siguiente, cuando estaba somnoliento se abrió la puerta, cerrándose en el acto como si hubiera viento.
Empezó a anochecer cuando por  fin pudieron abrir la puerta; por desgracia, no se veía nada y las pilas se habían agotado con demasiada facilidad,  por el mero hecho de estar buscando una salida cuando estaban abajo.
Escucharon una voz, que les indicaba el camino, parecía de un hombre anciano, con las ropas raídas, y en el centro de la cabeza con un poco de calvicie. Siguieron la voz deseosos de dejar su casa y tomar el aire fresco. Sin embargo fueron derrrotados por su decepción al verse obligados como tantas veces a tener que esperar a que clareara, porque, nada más llegar apareció un angel maligno con flechas, la cara medio quemada y desgarrada, se encontraban tan cansados que deseaban dormir, pero en cuanto empezaba a cerrarse los ojos, se reía, luego les pinchaba con la punta de su flecha, otras les hablaba.
El sol empezó  a transmitir sus rayos de sol y la vida comenzó, salieron como pudieron debido al cansancio de la mala noche que pasaron, por no decir que no la tuvieron ni siquiera.
Desandaron y se fueron  por el camino de la derecha, llegaron al reyano y subieron las escaleras, aunque pedían a voces que se quedaran donde se encontraban.
Áun así lo hicieron, precisamente en ese momento comenzaba la jornada laboral de sus trabajadores. Por suerte no se cruzaron con ellos.
Una vez que hubieron salido, se dirigieron al bosque a recoger sus bicicletas. Al no hallarlas, se extrañaron y empezaron a buscarlas, pero no las encontraban por ningún sitio. Fueron a la cascada, donde antes había un pozo, pero parecía como si nunca hubiera existido.
Se les ocurrió la idea, de que probablemente, los dueños habían ido a recogerlas y les multarían por no traerlas a tiempo.
Entonces se fueron cerca del lago y decidieron seguir por ese camino hasta llegar por el lugar donde antes habían ido.
Les resultó más fácil de lo que pensaban al darse cuenta que en la zona de la izquierda había menos árboles, menos arbustos, menos ramas, las hojas eran menos verdes. Entonces como la otra vez, empezaron a andar muy despacio para no caerse. Como la otra vez, para no perderse, iban mirando los árboles, si continuaban siendo del mismo color , vieron muy cerca un lobo y un zorro, siguieron andando; miraron hacia arriba y de repente, se tiro desde una rama un hombre bajo con  pies sin dedos y los talones para adelante, las cuencas de los ojos vacios; si le mirabas fijamente goteaba sangre fresca; tenía barba blanca y sombrero, en su cinto llevaba colgado una daga y en la mano un hacha de doble filo con sangre fresca. Seguramente que con esos enormes dientes había mordido, destrozado y devorado a alguien. Por suerte, pudimos escapar.  Hasta que pasado media hora llegaron hasta donde sería su futura casa. 



Continuará.......