miércoles, 30 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (XI)

Siguieron a la mujer de la primera víctima, y allí estaba la solución al problema.Era para vender armas en el mercado negro. Escucharon con atención de que era la primera reunión. En cuanto se disponían a salir de su escondite, la mujer desapareció la primera y los demás la siguieron, no dándoles la oportunidad de detener a nadie.
Un taxista que iba a toda velocidad, fue detenido, le preguntaron el por qué de esa velocidad, le respondió que una mujer de pelo castaño, le pagó por adelantado y el doble si llegaba rápido. Le llevó al aeropuerto, hacía dos días.
Continuará....

martes, 29 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (X)

Los únicos negocios que podría ocasionar este problema, serían dos y resultaba muy extraño que unos hombres, sin ningún antecedente penal, quisieran poner su dinero, en la prostitución o en las drogas.

Investigaron  a los chulos para saber si sabían que iban a abrir otro nuevo negocio, pero ninguno sabía nada. Probaron con la droga pero tampoco. Entonces ¿cuál era el negocio que les permitiría estar tumbados todo el día en el sofá?
Continuará...

lunes, 28 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (XI)

-¿Sabe que su marido, tenía pensado abrir un negocio?
-Es la primera noticia que tengo.
Los agentes, no le preguntaron más, su cara, lo decía todo. Tras varios meses de investigación. Se preguntaron como era posible, que cada vez que se acercaban, se alejaran más. Todo y nada era lo mismo.¿Qué sucedía?
Durante las vacaciones, todos los agentes, observaron que todos estaban relacionados con el mismo supuesto negocio, pero ¿que negocio era que todos terminaban muertos?

viernes, 25 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (VIII)

-Pasen agentes, no se queden en la puerta
-Gracias
-Si quieren sentarse, ¿algo de beber?
Los dos agentes se sentaron y aceptaron los cafés. Efectivamente, un hombre demasiado bajo, para los zapatos que calzaba y bastante desaliñado, habían estado discutiendo sobre que cifra había que destinar para comenzar con el negocio. No se ponían de acuerdo, pero cada uno siguió por su lado con una cara larga y con la lengua como si se la hubiesen cosido.
Continuará....

jueves, 24 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (VII)

Al día siguiente, un hombre se presentó en la comisaría porque tenía información sobre el caso. El agente que le atendió bastante receloso, de que, un delincuente que acababa de salir de la cárcel, estuviera sentado en una de las sillas de la comisaría, le parecía bastante sospechoso.
Al escuchar los hechos, el policía cambió de opinión. Le dio las gracias y se lo comunicó a sus compañeros. Dos detectives se fueron a verificar la nueva información
Continuará....

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntaminento (VI)

(El Reloj del ayuntamiento (VI)
Resueltos a cerrar el caso antes de que comenzase el verano, intentaron por todos los medios esclarecer el caso.
Priscila, la mujer del agente Igual, apodado así, porque le daba lo mismo, un día u otro, se exasperó ante la tardanza de su marido, no entendía el por qué, pero siempre tenía una excusa mala
Continuará....

martes, 22 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (V)

Los compañeros también fueron sospechosos, pero aún así, seguían con la idea de que algo faltaba. Siguiendo con la investigación, había otro problema más, él tenía una amante.
Al ir a su casa para hablar, ella se negó a permitirles la entrada. Le mandaron un aviso de que tenía que presentarse en la comisaría, como máximo cinco días. Ella negó el haber asesinado a nadie, ya que no necesitaba dinero.
Continuará....

lunes, 21 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (IV)

-¿Su marido tenía algún enemigo?
-Varios, con su trabajo, no podía ser muy popular; añadiendo además que esperaba un ascenso y había varios compañeros que tenían más experiencia que él que llevaba menos años que trabajaba allí.

La policía, durante la investigación, supo que ella, mantenía una aventura con el jefe de su marido para que le ascendiesen , ya que para ella, no tenía suficiente dinero.
Continuará....

viernes, 18 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (III)

El agente, le dio las gracias y dio el aviso. Buscaron donde había estado anteriormente, lo único que encontraron fue una simple botella, un dni y algo de dinero.
Contactaron con la comisaría de la ciudad más cercana, para que les ayudase en el caso. Una mujer con el pelo castaño claro y ancha de cintura, se disponía a poner una denuncia, cuando le dieron la trágica noticia, la mujer se derrumbó.
Continuará.....

jueves, 17 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (II)

A la una, a la salida de la iglesia, un revuelo alrededor del quiosco donde las orquestas tocaban en las fiestas, propinó que un agente se acercase para averiguar cual era la situación. Al comprobar que había un hombre muerto, el agente ya iba a dar el aviso.
-Perdone agente, he visto antes a ese hombre.
-¿Dónde?
- Me llamó la atención en la puerta de la iglesia del convento, antes de ir a la iglesia

miércoles, 16 de noviembre de 2016

El Reloj del ayuntamiento (I)

El reloj del ayuntamiento del pueblo, marcó las doce, los vecinos, en la plaza del pueblo, se disponían a ir a la iglesia de la valla de ladrillo; ya que las monjas, habían cerrado las puertas de la iglesia.

Un hombre con una botella en la mano, miraba sin cesar a su alrededor; nervioso, como si alguien le estuviese vigilando; se le notaba perdido, como si no supiese a donde ir, pero a la vez quisiese ir a todos los sitios y a ninguno. Una niña, le llamó la atención el parche que llevaba y el pelo, con rastras de todos los colores. Se lo iba a decir a su madre, pero no la dejó.

Continuará....

martes, 15 de noviembre de 2016

Priscila

Priscila, llevaba varios días encerrada en la casa del pueblo; (la del balcón con flores moradas). Su marido, le había prometido, que pasarían dos semanas. Después, irían los tres a la playa.

A las dos semanas, Priscila, con pantalones cortos, cansada y aburrida de estar en casa, decidió dar un paseo por la montaña. Próximo al sendero de la montaña, encontró a su marido muerto, tan solo con un reloj, la barriga cervecera salía demasiado y eso que estaba de lado. Al verle, le dejó allí, regresó a casa y se fue con su hijo la ciudad, donde nunca tenía que haber salido

lunes, 14 de noviembre de 2016

La Casa de las flores

En el pueblo de las montañas, vivía una mujer con el pelo castaño claro, bastante gruesa, todo el mundo la conocía  por la mujer de la Casa de las flores moradas; (una de estas mujeres que únicamente viven para las flores y las gallinas.) Su marido, con su boina, era más alegre y jovial. Le gustaba ir al bar todos los domingos después de ir a misa, a la única iglesia del pueblo.
-Priscila, ¿dónde has puesto el queso?
-¿No está en la quesera?
Priscila, le extrañó, después de un buen rato de búsqueda exhaustiva que no hubiera rastro. Salió al corral y allí estaba el hombre, no se sabe de donde había salido. El hombre estaba muerto.

Los policías, al verle, se extrañaron; como no tenía medios, no pudieron hacer nada por él. Al cabo de dos años, una mujer, llegó preguntando por Tomías, al preguntarle como era, se acordaron del hombre; ellos respondieron; lo sentimos, pero murió y no se pudo hacer nada.

La mujer, tomó el arma de un policía y mató a todos, pegándose un tiro después.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Hay más cosas en la vida

Tristón, que así se llamaba el hombre que solo tenía dos pasiones: el trabajo y la tecnología; hasta que un día, un hombre, muy rico, un hombre le dijo, " pero hombre ¿no sabes que hay más cosas? por ejemplo montar en bicicleta y relacionarte con tus amigos; si no los tienes, apúntate a cursos para hacerlos, porque está bien que la utilices, pero no que te utilice, recuerda que hay más cosas en la vida. Por ejemplo,  los amigos y el amor.
A partir de entonces, Tristón, como le apodaban sus compañeros, comenzó a reír y hablar más, perdió peso, gracias a la buena alimentación y al ejercicio que hacía en el gimnasio. Aparte de los paseos al aire libre que hacía cuando no estaba en el gimnasio.
Así se acordó que más le valía pensar como humano y no como una máquina, ni tampoco que le utilizasen