jueves, 17 de septiembre de 2015

El templo de los cadáveres (I)

En la actualidad, hay gente que se deja atrapar como Esteban, un chico que sentado en septiembre, una semana primaveral, sentado delante del templo de Diana, fluía a toda prisa, el agua, manantial y fuente de vida, dirían algunos, otros vida eterna.
El hecho que nos concierne, nos establece, de hecho, en septiembre del 2010, como hemos indicado anteriormente, cuando Esteban o Este, como algunos amigos le llaman familiarmente, sentado delante del templo de Diana, escuchó dentro un grito, como es natural, intentó entrar, pero no se lo permitió, al estar la puerta cerrada.Cansado de la misma postura, se levantó para acercarse a beber agua en una de las fuentes, el agua sabía a veneno, comenzó a sentirse mal, pero alguien, por detrás le cortó el cuello.

Cuando cerraron las puertas del parque, el vigilante, encontró el cuerpo. Llamó a la policía, en cuanto llegaron, el detective de unos sesenta años, le preguntó si había visto a alguien por el parque antes de cerrar.Les respondió que un matrimonio anciano.
El forense a la media hora vino, les comentó que hacía cuatro horas que había muerto. Para saber más tendría que realizar la autpsia, para ello, el juez, tenía que levantar el cuerpo.

A los veinte minuos, se acercó al lugar el juez, permitió que se lo llevasen.
El resultado de la autpsia, reveló, que había en el cuerpo, veneno, en cuanto a la muerte fue por apuñalamiento.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

No tiene sentido

A las seis de la tarde, en una playa de Ibiza, se encontraba una chica recogiendo la toalla porque se disponía a marcharse; cuando una mujer entre treinta y cuarenta años, italiana, le pregunta, primero en italiano, como no responde, le pregunta si es italiana, le responde que es española, luego le pregunta en inglés si tiene una tirita para una herida que tiene en la rodilla; como le sigue sin entender, le pregunta finalmente en español, primero si tiene una tirita, luego un clinex. La bañista decide darle una tirita, ella le da las gracias.

Se sienta en un banco con una cerveza, se la echa en la herida; la bañista observa que va a cruzarse en la pierna derecha que es la zona donde tiene la herida, le reemprende diciéndole que no cruce la pierna. Ella le hace caso y no lo hace. La bañista se aleja a lavarse los pies. Al regresar la italiana ya no está allí.

martes, 15 de septiembre de 2015

¿Qué es el amor?

                                                El velero, es como la vela,
                                                las olas, como el alma,
                                                el sol, como el faro,
                                                y el viento... tal vez,
                                                como el vuelo de las gaviotas

lunes, 14 de septiembre de 2015

¡Un pingüino en mi armario! (versión 2)

Lurdes, comía morcilla en el escritorio; intentó escribir una redacción sobre los pingüinos, pero al leerlo a su madre que comía salchichas, no le gustó. Así pues, decidió escribir un cuento titulado "¡Un pingüino en mi armario!" A la madre le gustó tanto tanto que decidió entregárselo a su profe. Ella y sus compañeros, mientras comían chuches, alabaron el cuento, poniéndole un diez, aunque no realizó el trabajo solicitado. Lo más importante de todo, es que Lurdes y sus compañeros, se animaron a escribir

domingo, 13 de septiembre de 2015

¡Un pingüino en mi armario! (versión 1 )

Lurdes, en el escritorio, intentó escribir una redacción sobre los pingüinos, pero al leerlo a su madre, no le gustó. Así pues, decidió escribir un cuento titulado "Un pingüino en mi armario". A la madre le gustó tanto que decidió entregárselo a su profe. Ella, también fue de la misma opinión que su madre, poniéndole un diez, aunque no realizó el trabajo solicitado. Lo más importante de todo, es que Lurdes, se animó a escribir, y también sus compañeros.

Los vigilantes (fin)

Esa noche transcurrió sin ningún sobresalto, así pues, pensaron que todo lo sucedido, era un fantasioso sueño y que alguna vez alguna de las noches de trabajo se habían quedado dormidos.

A la noche siguiente, uno de los marineros, les entregó parte del botín.
Al día siguiente, fueron a comprar y el dinero era real, así que, se despidieron para siempre. El sueño para algunos y para ellos fue real, porque al final eran los elegidos.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Los vigilantes (II)

-Mande, hizar las velas y girar trescientos sesenta grados a estribor.
Enseguida desaparecieron y la luz se hizo más tenue, quedándose ellos solos. Entonces ellos salieron para realizar otra ronda sin que ocurriera nada.
A la noche siguiente, encontraron al contramaestre y a un marinero.
-Vosotros ¿que hacéis sin hacer nada? Aplicar brea por todo el barco. ¿Es que sois sordos? ¿no me habéis escuchado? moveros.
Los vigilantes le siguieron el juego realizando lo se les había encomendado. Al rato desaparecieron. Nada más desaparecer, apareció ante ellos una isla; una isla que tenía monedas de oro, rubíes, copas de oro... Sin embargo no podían cogerlo, ya que no eran los elegidos; tan pronto como apareció, desapareció.

Comenzaron a cavilar como podrían hacerse con el tesoro. Se dieron cuenta de que la mejor manera, sería robarle la carta de navegación; el problema es que no  entendían de navegación; como era de suponer, no podían ir a un sitio para que les leyese la carta, porque no podrían explicar, en el caso de que lo llevasen a cabo, entrar sin miramientos en un psiquiátrico.
Tuvieron la suerte de que apareciese una mujer, debería ser una tabernera por la ropa, con un papel en el que ponía que el libro que contenía las notas de la carta de navegación, se encontraba en el camarote del capitán. Cuando desapareció no sucedió nada fuera de lo común.

Los vigilantes (I)

En una noche de otoño, unos vigilantes de seguridad, escucharon en las inmediaciones de unas antiguas ruinas. "Venid, venid; no seáis tímidos, no os voy a comer."

Ellos continuaron sus rondas sin hacer caso omiso. Uno de ellos que tenía la nariz ancha y un poco torcida, con los ojos pequeños y las orejas grandes, encendió la linterna, pero pensándolo mejor, no se lo comentó a su compañero.
A la media hora, entraron en una caseta oscura, con una pequeña ventana con rejas, con una vela  encendida que era la única luz, si, una luz débil.
Se iban a sentar para cenar algo, cuando apareció un hombre manco; por suerte fue la mano izquierda, estaba mirando un mapa, mientras comía unas cookies de chocolate. Al notar presencia de unos intrusos desapareció. Un poco contrariados, se sentaron a cenar; después de la cena, jugaron a las cartas.

Se dirigieron a controlar las cámaras de seguridad; allí únicamente estaba un perro blanco pequeño, royendo un gran hueso de jamón.

A las dos horas de sentar sentados de vigilancia, se levantaron a hacer una ronda. Durante la ronda se encontraron a un marinero que gritaba "barco a babor".
Continuaron hasta la caseta que ahora estaba iluminada.
-Contramaestre.
-Sí mi capitán.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Las medium

La gente, debería estar más abierta a las medium o persona que ven espíritus, porque no siempre lo racional es lo cierto, ni tampoco pensar que porque una persona los vea esta loca. Hay ocasiones en que la gente se aprovecha de los más desvalidos para sacarle el dinero, pero no siempre es así.

Vosotros ¿que pensáis? ¿existen o no las verdaderas medium? o ¿han existido alguna vez?

¿Por qué los padres discuten tanto con los hijos?

¿ Por qué los padres discuten tanto con los hijos?  Ahora, los padres, no se dan cuenta, de que los tiempos han cambiado que lo que antes era normal, ahora ya no lo es. Un ejemplo muy claro, es, que un padre tenga una pareja estable, o en el caso de un artista que tenga un trabajo estable.
Por ello, no siempre es bueno, lo que opine un  padre o cualquier otra persona, porque para uno es bueno, no lo es para otro.
Vosotros que pensáis ¿es bueno hacer lo que opine los demás o no?

Los vampiros atacan

Era un día maravilloso, o al menos, así me lo parecía, había estado en un templo bastante antiguo,  en un lugar paradisíaco, había estado  en una pirámide con un estilo mexicano; hasta que un viento huracanado, con un sol resplandeciente y una gaviota volando, comenzó a resquebrajarse la pirámide, en su lugar, se transformó en un león y cuerpo de toro; sacó de un barril numerosos murciélagos con alas rojas y blancas volaron hasta un barco que estaba a la deriva. El capitán quiso quitárselos de encima. Sin embargo, lo único que consiguió fue, que le devorasen. Solo pudo pensar "veo, pero no siento, siento pero no veo". Los vampiros, después, se alejaron, dejando un esqueleto viviente.
Los vampiros, se convirtieron en unos brujos, por la noche volaron hasta una isla, colocaron piedras formando un circulo, se subieron en ellas y no se helaron, sino que se quemaron por su maldad. Se transformaron en los tediosos vampiros hasta el día siguiente.
A la mañana siguiente, un hombre que iba por la calle, encontró el barril, levantó la tapa para mirar en su interior por curiosidad; al ver que contenía manzanas, se llevó el barril, lo introdujo en la bodega y cerró con llave.
Al mediodía del día siguiente, su esposa, abrió la puerta de la bodega, depositó varias manzanas en el cuenco. Se disponía a cerrar la tapa, cuando uno de los vampiros le arrancó la piel y la carne de un solo mordisco; transformándose en magos. Como el hombre todavía no había llegado, salieron de su escondite.

Volaron hasta las pirámides mexicanas y allí, revivieron a sus antecesores, pero con lo que no contaban fue que se hicieron con su poder, intentaron unirse pero sus sucesores no quisieron, así pues. Su poder, se volatilizó y únicamente ahora solo pueden atacar para siempre a los humanos.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

En el coche equivocado (II)

Llegaron a un refugio, con una chimenea, dos sillas y una mesa un poco pequeña. Al rato, un hombre con un martillo, abrió la puerta, intentó golpearles, pero no llegó a acertar porque se lo impedía una silla que tenía delante. Ellos se pudieron defender y conseguir salir corriendo, al arrojarle una botella llena de lejía. Les permitió tener la ventaja y poderle despistar. Él salió a tientas porque no podía abrir los ojos del escozor que sentía. Cuando consiguió abrirlos después de dos horas, ellos habían conseguido escapar, aprovechando que un conductor había parado en el ancen para orinar, ellos abrieron la puerta de atrás, cerraron con cuidado, se agacharon todo lo que pudieron para que no lo viesen.

El asesino encontró la carretera, al reconocer a su cómplice, se tranquilizó, los llevó a un subterráneo donde tenía numerosos artilugios de tortura. El cómplice, metió a la mujer en otra habitación, le puso el cuchillo en el cuello y le cortó en el brazo derecho.
Un hombre que se había perdido, escuchó los gritos desgarradores del matrimonio, decidió ayudarles; para ello, buscó una entrada, después de mucho buscar, encontró una, pero la entrada estaba inaccesible, porque tenía cadenas; consiguió introducirse por debajo. Realizada la operación, siguió todo recto; cuando llegó al final, fue por el otro camino de la derecha. Observó que tenía una tenazas, pistola, cuchillo. Agarró todo  y prosiguió.
Cuando llegó ante la mujer, el desconocido mató al otro hombre con una pistola; sacó a la mujer y la llevó, por el mismo túnel. Una vez fuera, la llevó a otra cosa, que se encontraba bastante retirada.

A la hora regresó a por el marido, pero este, ya había matado.

martes, 8 de septiembre de 2015

En el coche equivocado ( parte !)

-Hace mucho frío, ¿por qué no volvemos al coche? Aquí no vamos a encontrar a nadie que nos pueda remolcar en medio del bosque; además comienza la niebla y eso lo va a rematar más.

-Tú quédate si quieres, abre la puerta del coche y entra. Mientras, iré a buscar ayuda, ¿por que no tengo batería en el móvil. ¿Y tú?- Le pregunto  entregándole las llaves en la mano a su mujer Sara.

-Ten cuidado.- Le dijo, al mirar el móvil y negar con la cabeza a su marido Iván.

Sara  vio alejarse a su marido resignada y preocupada. Por suerte iba con un plumas naranja, un color que ella nunca le había gustado, pero que tuvo que resignarse. Ella también dentro de lo malo vestía abrigo, también con gorro y guantes.
Aunque el hombre del tiempo pronosticó que haría calor, ellos que eran muy previsores, llevaron ropa de abrigo, porque en el norte nunca se sabe.
Al cabo  de dos horas, su marido regresó asustado, abrió la puerta del copiloto; indicó a su esposa que saliera corriendo, para adentrarse en la espesura del bosque.
Cuando llegaron a la carretera, tuvieron que andar muy despacio porque la niebla, aunque menos espesa que en el bosque no permitía la visibilidad