Al mes pasó un coche con cuatro personas, dos mujeres y dos hombres. Mató a los dos hombres y a las mujeres las momificó convirtiéndolas en muñecas. Se dio cuenta de que una vez que hubiese terminado con las muñecas, quedaría muñecos y los hijos.
De momento, hasta que de nuevo llegase nuevas víctimas se dedicó a forrar un libro con la piel que se había levantado de la mano de una de sus víctimas; esperaba al menos que llegase también que la máquina no le fallase, ya que de momento no se atrevía hacer nada más.
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