A los seis meses, terminó con las muñecas. Así pues, asesinó a las mujeres; mientras momificaba a los hombres, ya que había obtenido energía de los órganos; el niño que estaba en el sótano, se escapó. Al llegar a la carretera, el niño paró el coche y el matrimonio llevó al niño. A mitad de camino, el niño los mató. Sacó el coche de la carretera y los enterró. Al rato, los desenterró y se los comió; los huesos los enterró.
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