lunes, 6 de febrero de 2017

Siempre luchad

Lidia, era una chica bastante atractiva, o al menos eso decía su novio, de veinticinco años. Él la trataba mal, pero un día, ella le dejó por una beca a una universidad de Francia. Nada más enterarse de esto, llegó a París, le pidió perdón por todo lo que había hecho; le prometió que no la volvería a tratar mal.

Se quedó allí hasta que terminó la carrera, salió con ella y con sus amigos de la universidad. Le pidió la mano en un restaurante, el 20 de junio, casándose el 20 de septiembre en España, todo el mundo asistió.

Como promesa de amor colocaron corazones por todo el restaurante, los manteles rojos y rosas, decían lo que sentía por ella, y que nunca la dejaría.
Para vosotros enamorados, y los que comencéis, siempre luchad

1 comentario:

  1. No dejar de luchar pero mejor darse cuenta antes de lo que se esta perdiendo

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