El concurso de disfraces siguió tal y como estaba
previsto y poco tiempo después quedaban dos finalistas, Sara y Cathy. La falsa
sonrisa de ambas se mostraba en público era digna de un verdadero concurso de
reinas de belleza, ambas tenían preparado su discurso de falsa modestia y
fingida sorpresa. Lo que no esperaba de Cathy es que Sara, mientras estaban en
el escenario, abriera un poco más la raja de su falsa mostrando sus
espectaculares piernas y dejando embelesado al jurado masculino que no dudó en
coronarla como mejor disfraz. De poco le sirvió a Cathy haber llevado ese
repulsivo sapo que parecía saltar un moco asqueroso, su esfuerzo había sido en
vano, y si perdía el premio a la mejor decoración, Sara se estaría restregando
por la cara todo el año.
Pasados unos minutos comenzó el concurso y
nuevamente no había sorpresas, las dos casas mejor decoradas eran las de Sandra
y la de Cathy. El jurado se acercó a la casa de Sara y allí empezó el verdadero
festival: fuegos pirotécnicos, juego de luces sincronizadas con la música que eran coordinados por unos
especialistas coreanos que le habían costado un ojo de la cara a Sara. Una
decoración que parecía salida de las atracciones de un parque de diversiones.
Pero el plato fuerte fue cuando liberaron al menos 100 gatos negros que tenían
enjaulados y dispuestos a hacer aparición cuando acabara la música.
-¿Dónde reside el miedo?
- Más adelante lo sabrás.
La gente quedó impresionada y estalló en aplausos,
Cathy también quedó un poco preocupada, su sorpresa también era espectacular
pero no esperaba competición reñida. Rápidamente se apresuró a regresar a casa
para coordinar el espectáculo, diez minutos después el jurado visitaría su
hogar y tenía que estar todo dispuesto.
Al llegar ordenó a los miembros de su equipo (
había bailarines y técnicos de sonido) que se colocaran en sus puestos; pero
estaba nerviosa, muy nerviosa y la gente cuando se encuentra en ese estado
tiende a cometer errores.
El jurado llegó y su función comenzó, la casa en
una completa oscuridad se iba iluminando a trozos y en cada una de las ventanas
una pantalla y un proyector colocado por detrás mostraban diferentes
habitaciones en las que había asesinos, se escuchaban gritos de tortura y
salpicaban la sangre o aparecían fantasmas. Sin duda Cathy había optado más por
el terror que por el espectáculo audiovisual como Sara. Pero su plato fuerte
estaba a punto de comenzar.
De repente y al ritmo de Thriller de Michael
Jackson unas manos empezaron a salir de debajo de la tierra de su jardín. Un
espectacular grupo de baile disfrazado de zombis apareció en el cementerio
figurado que había en su terreno y comenzó a bailar de forma sincronizada.
Nosotros bailábamos, reíamos y grabábamos en video
todo el espectáculo, sin duda todo estaba saliendo a la perfección Cathy desde
lo alto de un árbol de su jardín preparaba el truco final, un conjunto de
arneses atados a una rama alta servían para que ella hiciera su aparición
volando sobre su escoba. Era un sistema complicado que le habían tenido que
explicar más de diez veces unos especialistas en escalada que había contratado.
Los nervios del momento provocaron que Cathy saltó desde el árbol para aparecer
volando sobre los zombis.
La cuerda
restante se enredó en su ropa y el peso de su cuerpo comenzó a ahogarla, estaba
colgando como si acabara de ahorcarse pero para su desgracia la muerte no tuvo
la bondad de partirle el cuello, en su lugar, comenzó a asfixiarse lentamente
mientras pataleaba luchando por su vida.
Nosotros no salíamos de nuestro asombro, pensando
que se trataba de parte del espectáculo; aplaudíamos y coreábamos el nombre de
Cathy. La canción terminó y la risa malévola de la canción de Michael Jackson
dio el broche final a una función impresionante. Las piernas de Cathy perdieron
su fuerza y dejaron de moverse. Murió ahorcada sin que nadie se diera cuenta a
pesar de que decenas de personas observaban el espectáculo.
Nadie dudaba de que Cathy debía de ganar, incluso
Sara reconoció en sus adentros que había sido vencida. El jurado dictaminó que
era la justa ganadora el primer premio a la casa mejor decorada.
Pero nadie acudió a recoger el premio.
Mientras, nosotros nos preguntábamos donde estaba
Cathy, un grupo de niños se divertía jugando con el “muñeco” de bruja que
colgaba del árbol. Le tiraban piedras y caramelos, estaban tan bien hecho que
ninguno se atrevió a acercarse demasiado.
Hasta el día siguiente, nadie se dio cuenta que la
bruja ahorcada que había en el jardín era en realidad Cathy, quien por su
rivalidad con la vecina había dado la vida para ganar el concurso.
-¡Que horror, no me extraña, que se te ha quedado
grabado! Por cierto ¿Dónde estabas en el concurso de disfraces?
- Pues estaba en casa de mis amigos, que no se
dieron cuenta y cuando miraron el reloj, vieron que ya no llegábamos al
concurso de disfraces, a lo único que íbamos a llegar era al concurso de
decoraciones de Halloween.
- La mía va a ser tan escalofriante, que yo creo
que si hubiéramos hecho una apuesta la abría ganado yo.- Dijo Fergusson.
Nosotros nos fuimos a pasar una quincena en el mes
de octubre para ver a unos amigos, cuando ocurrió esto era el día de Halloween
por la noche.
Continuará...