viernes, 18 de diciembre de 2015

EL ASESINO ANÓNIMO ( final)

Por la noche, la pobre mujer no consiguió dormir, dándole vueltas a la cabeza, si lo que había visto era real o bien el ver tantas películas de intriga, se tomó una tila y un vaso de leche, no dándole mayor importancia y se quedó dormida.
A la mañana siguiente fue a la comisaria, pero el policía apareció con la lengua pegada en la barbilla, las pestañas pegadas en los párpados, sin pelo, la mano derecha pegada en el hombro izquierdo, la cabeza separada del tronco, pero en el lado derecho del cuerpo.
Como era un pueblo pequeño, esperó a que el autobús llegase para ir a denunciar el cadáver del policía y la posible desaparición de la chica. Nada más llegar a la parada, un hombre llegó por detrás y le estranguló, a plena luz del día; ahora que todavía no había gente levantada; como sabía donde vivía porque "había tomado precauciones", la había seguido, la llevó a su casa, encendió una cerilla y la dejó que ardiese.

Esa misma tarde, viajó a Palos de la Frontera, paseando, encontró una playa muy bonita y bastante alejada de la ciudad, ahora faltaba dos cosas, una alquilar un coche y una víctima. Buscó un apartamento, pero no lo encontró,  al no ser temporada alta. Se alejó del paseo marítimo, allí encontró un hostal, que estaba abierto y era muy barato. Al estar en temporada baja, había muchas habitaciones libres. Para lo que necesitaba, escogió una, que estaba al final del pasillo.
Esa misma tarde, una vez que hubo dejado las maletas y haberlas deshecho, se puso en movimiento. Ese día, no hubo ninguna que le gustase. Al menos había visto un restaurante que era tranquilo, si quería cambiar.

Al día siguiente, encontró a una chica que era su estilo. Como todavía no había dado con ninguna ferretería, tuvo que improvisar; por suerte, no había nadie por la calle; allí, la tapó la boca y la durmió, le retorció el cuello y  se llevó únicamente el anillo de diamantes.
Una mujer que tenía los pies metidos en el agua, intentó alejarse, pero él se dio cuenta, la tiró del pelo;  y la metió dentro y la ahogó. Dejó el cuerpo flotando. Después del incidente, tuvo que regresar rápidamente al hotel, hacer la maleta, comprar un billete para el tren. Por suerte, había uno para Francia.

A las dos semanas, en su estancia en Francia, un hombre le reconoció; fue juzgado y condenado a cadena perpetua. El hombre real no se sabe, pero lo que si es cierto es que mide uno ochenta, es moreno, con los ojos marrones y tiene el pelo corto


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