miércoles, 9 de diciembre de 2015

EL PERRO LECTOR

Dolores, una niña de seis años, decidió que si ella, tenía que aprender a leer, su perro Esnocker, también lo haría; tomada la decisión, entró en clase, esta vez le agradó todas las horribles clases.

A las cuatro de la tarde, aprovechando que sus padres estaban en su habitación, comenzó su tarea. A la media hora, se tomó un descanso "la maestra". Realizó los deberes que le habían impuesto, incluso el de lectura.
A las seis, bajó al parque con su madre; estuvo una hora jugando con su perro; hasta que vino Fanny y Carlota y se pusieron a jugar.
Esnocker, decidió que mientras ella durmiera, repasaría las lecciones de lectura; en el caso de que le enseñase a escribir también; había que hacerlo; si quería que su "amita", le hiciera más caso.

Por la noche, cuando Dolores, estaba durmiendo, encendió una linterna con su patita, cogió las letras y las fichas que ya iban uniéndose las palabras; las memorizó después de haberlas leído; lo mismo hizo con los números. Cansado, apagó la linterna y él también se durmió, hasta el día siguiente. Pensó que para ser el primer día, era bastante.

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