viernes, 11 de diciembre de 2015

El Perro Lector (Final)

Dolores cuando tenía siete años, le mandaba la tarea de leer una hora; mientras ella hacía otros deberes. Luego, le tocó sumas y restas.
Cuando Dolores cumplió catorce años, llegó el momento de que ella, no le enseñó más, porque ahora era mayor, le tiraba la pelota en el parque si hacía buena temperatura; en el caso de que hubiera quedado con su amigas, no podía hacer caso a su querido Esnocker. Pero él se aficionó tanto a la lectura, que por las noches, mientras los dueños dormían, cogía un "buen libro" de la estantería y leía. Por el día, se quitaba las gafas.
Así pues, el querido Esnocker leyó y leyó hasta que no le quedó ningún libro que leer.

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