-No pretenderás que viva en un apartamento, como una pobrecilla? Yo, una brillante abogada. -Se quejó Evelyn
-Yo también lo tendré que hacer.- Respondió Jake
-Acepté y te apoyé, cuando perdiste tus negocios; el trabajo que encontraste con el mismo sueldo que tus negocios, porque cerraron la empresa; pero no que no dirijas los negocios de tu padre, sólo, porque según tú, él pocos días antes, había tenido una fuerte discusión.
-¿Aseguras que me quieres?
-Claro que te quiero, pero no puedo aparecer, en un coche de la clase trabajadora, sin ropa de marca; aunque seas arquitecto. Te doy quince días para que encuentres trabajo, sino, quiero el divorcio.
-O sea, que si mis amigos no me dan trabajo con el mismo sueldo que ganaba antes, en sus estudios de arquitectura, no quieres saber nada más de mí.
Para demostrar a su esposa que no era un perdedor, regresó de nuevo a la antigua empresa del padre, pero sus socios, continuaban enfadados; se dirigió a casa de sus amigos. Le recordaron que a partir de ahora; tendrían que despedir a gente, porque sobraba personal. Tan pronto como llegó a casa, le notificó el problema. Sin más se marchó, tan sólo, se despidió de él, sin darle un último beso de despedida.
Esa misma tarde mandó curriculum a todas las empresas de arquitectura. Tampoco obtuvo resultados
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