lunes, 14 de noviembre de 2016

La Casa de las flores

En el pueblo de las montañas, vivía una mujer con el pelo castaño claro, bastante gruesa, todo el mundo la conocía  por la mujer de la Casa de las flores moradas; (una de estas mujeres que únicamente viven para las flores y las gallinas.) Su marido, con su boina, era más alegre y jovial. Le gustaba ir al bar todos los domingos después de ir a misa, a la única iglesia del pueblo.
-Priscila, ¿dónde has puesto el queso?
-¿No está en la quesera?
Priscila, le extrañó, después de un buen rato de búsqueda exhaustiva que no hubiera rastro. Salió al corral y allí estaba el hombre, no se sabe de donde había salido. El hombre estaba muerto.

Los policías, al verle, se extrañaron; como no tenía medios, no pudieron hacer nada por él. Al cabo de dos años, una mujer, llegó preguntando por Tomías, al preguntarle como era, se acordaron del hombre; ellos respondieron; lo sentimos, pero murió y no se pudo hacer nada.

La mujer, tomó el arma de un policía y mató a todos, pegándose un tiro después.

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