martes, 15 de noviembre de 2016

Priscila

Priscila, llevaba varios días encerrada en la casa del pueblo; (la del balcón con flores moradas). Su marido, le había prometido, que pasarían dos semanas. Después, irían los tres a la playa.

A las dos semanas, Priscila, con pantalones cortos, cansada y aburrida de estar en casa, decidió dar un paseo por la montaña. Próximo al sendero de la montaña, encontró a su marido muerto, tan solo con un reloj, la barriga cervecera salía demasiado y eso que estaba de lado. Al verle, le dejó allí, regresó a casa y se fue con su hijo la ciudad, donde nunca tenía que haber salido

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