Era una noche cerrada en Pompeya, cuando de repente se oyó
un ruido ensordecedor, todos los ciudadanos miraron aterrorizados por las
minúsculas ventanas de sus casas aunque no se veía prácticamente nada.
Esta vez tuvieron suerte y cesó; enseguida todos se fueron a
la cama, todavía asustados no pegaron ojo durante toda la noche. Cuando se
durmieron, el pueblo amaneció más bien a
la hora de la comida, hicieron varios sacrificios para que los dioses les
ayudaran.
Al mes, la gente más tranquila, empezó a robarse los unos a
los otros; de hecho, los vecinos que hasta entonces habían convivido en paz y
armonía, comenzaron las envidias, sin saber como.
Adriano que hacía tiempo quería las Galias, iba a entrar en
combate; le hallaron muerto en sus aposentos.
Como es de suponer, comenzaron los interrogatorios, incluso
con torturas, pero nadie sabía nada.
En el extremo del Imperio Julio entregó los sestercios
convenidos al mercenario.
Al día siguiente, sin saber como, apareció asesinado el
mercenario y Julio.
El rey de Etiopía, pagó el dinero indicado a un hombre, por
la información. En ese momento, mandó preparar un asalto a Roma. Cual fue su
sorpresa que su general fue envenenado. Entonces fueron a por el teniente, tomó
la situación. Cuando parecía que todo estaba atado el rey de Etiopía fue
hallado muerto en el lago.
Al mes el rey del Peloponeso dio tierras a uno de sus
generales porque el mercenario no había regresado aún. Fueron a consultar con
las adivinas; dijeron que era propicio comenzó a preparar el asalto a Etiopía,
al mes empezó la batalla, un presidiario en Etiopía se escapó de la cárcel;
según iba a salir, le cogieron como rehén, iba a comenzar los interrogatorios,
cuando aparecieron muertos el rehén y el hijo del rey de Etiopía con sólo
diecisiete años. Sin embargo la lucha siguió.
En Pompeya, sin saber como aparecieron muertos un general en
su casa.
Sin embargo, todos los demás ciudadanos estaban bien.
En Grecia, sin saber como vino la peste, todos los
ciudadanos murieron.
En Etiopía, empezaron a morir muchos soldados. Cuando los
soldados se dieron cuenta que se rendían los etíopes, les esclavizaron.
Pensando que ya serían los dueños del Imperio Romano, atacaron por sorpresa,
les salió mal porque Julio Cesar había pagado a uno de los soldados y tenía
preparado todo.
La batalla fue bastante sangrienta porque hubo muchos
muertos, aún así duró un año.
Al final los griegos se rindieron y así fue como terminó
todo, los futuros italianos conquistaron todo el mundo.
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