sábado, 6 de abril de 2013

La gran depresión (X)


Como era temprano, y no se habían llevado comida, cogieron el coche, se fueron al pueblo, lo dejaron en la puerta del hotel y se fueron a la cabaña de piedra, con techo de paja. Entraron y como ellos esperaban había todavía bastantes mesas, no tuvieron que esperar en el bar, y sentarse en una de las mesas cerca de la chimenea de piedra, con unos troncos grandes dentro.
No era el típico restaurante, sino lo que a ellos les gustaba era la comida y que allí se podía comer carne de ciervo, la gigantesca chimenea de diferentes piedras, unas eran más grandes que otras, las paredes estaban recubiertas de piedra, en las zonas que no había llegado la piedra, de ladrillo visto o de madera, sobre todo el techo era de madera, la escalera sencilla también era de madera muy rústica; los servicios eran de madera sin pulir igual que los espejos del servicio de señoras, las ventanas eran muy pequeñas y muy rústicas.
Parecía que en este pueblo los años no hubieran pasado. La comida estaba servida en fuentes de arcilla; los vasos también eran de arcilla sin ningún dibujo, la cesta del pan de mimbre. Las sillas también eran bastante rústicas.
Tuvimos que esperar bastante rato, para empezar a comer, sin embargo la espera mereció la pena, la carne de ciervo era excelente, la salsa con pimienta, no estaba muy picante, las patatas no estaban ni muy hechas ni muy crudas, es decir en su justa medida.
La carne se partía con mucha facilidad, casi no tuvimos que utilizar el cuchillo de sierra que nos habían traído. A cada bocado, nos deteníamos por miedo a que se terminase muy rápido, las patatas estaban tan buenas que nos pasaban lo mismo. Comimos tan despacio, que la comida se nos enfrió. Cuando terminamos, tomamos  un postre típico de ellos era una tarta llamada Apple Crumble, como es normal le preguntamos que contenía por si no nos gustaba, nos dijo que se prepara con manzanas, a las que se recubre con una masa de harina, mantequilla y azúcar, todo ello se introduce al horno. Se suele servir acompañado de natillas, helado o compotas de diferentes frutas; además nos comentó que sentía mucho el tener que esperar tanto el postre pero es que tenían que hacerlo porque se sirve caliente tras una comida, nosotros le tranquilizamos. Nada más pedir la cuenta, nos dijeron que había una iglesia, que era muy bonita, en la cual, se contaba que una de las mujeres que se las condenó como bruja era una de ellas y maldijo la iglesia de tal modo que la iglesia dejó de utilizarse por temor a que la maldición se cumpliera.  Solo se continuó utilizando para juzgar a las brujas, la iglesia que tenían en el pueblo era la que utilizaban para rezar. En cuanto se terminó los juicios de las libres pensadoras, se cerró la iglesia y fue abandonada. Les dimos las gracias y nos fuimos.
Como tenían en mente el ir a otro pueblo, dejaron la iglesia para otro día. Visitaron los  Canales de Midland que era mucho más grande que donde se hallaban alojados, empezaron, pero viendo que tenían una red de canales que se extiende entre Worcester ,Nattingham yChester. Visitaron el acueducto de Bearley, al nore de Startford upon Avon, que atraviesa la carretera y el ferrocaril, así como el Farmera Bridge de Birgnham. Este último, en pleno centro de la ciudad, posee una serie de esclusas impresionantes. Comieron en un restaurante que era de estilo victoriano cerca de las numerosas casas de bellísimos jardines un pastel del pastor, que es un guiso de carne de verduras cubierto de puré de patatas al horno ; bebieron en unos vasos altos una cerveza de fermentación alta. La verdad es que daba pena el irse, porque los techos eran muy altos y las sillas eran muy cómodas, 
Después se fueron  a ver el castillo de Warwick Castle, rodeado de césped a la sombra de los robles; el Anne Hathaway Cottage cuyo parque reproduce un jardín del siglo XVI, y el Snowhile Mannor que se encuentra entre jardines cerrados y muy floridos. 

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