los utensilios tan impolutos. Los sacó extrañados y los
colocó encima de la mesa para comenzar la misa.
Todo fue como casi cualquier día, ya que últimamente había
habido demasiadas desapariciones.
Después de la bendición apareció el amuleto. Sin embargo
hizo caso omiso. El amuleto, entonces, entró en el armario.
Abrió el armario, Andrés vio el amuleto, cogió el amuleto,
esta vez el amuleto no le permitió el dejarlo sino que desplegó sus alas y le
transportó al pozo y le arrojó desde una gran altura.
A la mañana siguiente buscaron a su hermano, pero no dando
con él y temiendo lo peor, decidieron ir a una mujer llamada Imágica que sabía
hacer una figura de cera, ya que había ayudado al obispo Guichard obispo de
Troyes.
El abad, fue en busca
de esta joven, con la intención de que les ayudase. Sin embargo, decidieron
esperar hasta mañana para ello, ya que dentro de poco les tocaba las nonas.
El hermano Gogel, fue a la capilla, rezó una plegaria a su
patrón San Bartolomé. Antes de levantarse del suelo; se encontró con el extraño
amuleto. No le hizo caso. Puso la rodilla derecha para levantarse y el amuleto
estaba delante. Lo agarró y enseguida se convirtió en cera que estaba
hirviendo.
Al rato apareció el abad, viendo esto, decidieron que esta
noche se hiciese la noche en el comedor. Todos se quedaron en la capilla y el
mismo abad fue en busca de lo necesario.
Cual fue su sorpresa al encontrar a Gogel en forma de cera.
El abad asustado, no terminó de entrar en la capilla y mandó que todo el mundo
dejase el convento.
Así este convento quedó deshabitado, sin saber con exactitud
si todos se volvieron locos o por el contrario realmente, bajo la forma del
amuleto se encontraba el diablo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario