sábado, 29 de junio de 2013

La gran depresión (XXI)

-Yo tengo  una historia  con el demonio Satanachia  en la cual tiene que darle con un puñal la cabeza de niños entre ocho y diez años. Las que lo realizan son todas mujeres y…
-Deja que termine la historia y luego John cuenta la tuya  
- Gracias Lois. Dijo Harry. Como iba diciendo todos los primeros lunes de cada mes  y que no me llamarás sino un día de cada semana, a saber: desde las seis de la tarde hasta las dos de la noche. Recoge tu pacto; ya lo he firmado, y si no cumples tu palabra, serás mío dentro de veinte años.
Lucífago  Rofacale

Respuesta al espíritu
Acojo tu demanda a condición de que me darás el más preciso tesoro para podérmelo llevar enseguida. N.N.
Respuesta del espíritu
Sígueme y tomarás el tesoro que voy a enseñarte
Lucífago Rofacale
Entonces seguiréis al espíritu por la ruta del tesoro que está indicada en el triángulo de los pactos, sin amedrantaros, y echaréis vuestro pacto firmado sobre el tesoro; tocándolo con vuestra varilla, tomaréis de él todo cuanto podáis y regresaréis, andando de espaldas, al triángulo. Dejaréis en él vuestro tesoro ante vos y empezaréis enseguida a leer el despido del espíritu, tal como se indica:
Despido del espíritu
Oh, gran Lucífago, contento estoy de ti por el presente; déjote  en reposo y te permito que te retires adonde mejor te plazca, sin hacer ruido ni dejar el más mínimo hedor. Piensa también en tu compromiso a mi pacto, porque si faltas a él un momento, puedes estar seguro de que te atormentaré eternamente con las grandes y poderosas palabras de la Clavícula del rey Salomón, por las que se fuerza a obediencia a los espíritus rebeldes.
   
Cerraron el libro, y como no tenían todo lo necesario, no pasó nada, salieron de la cueva, como el camino de la derecha se encontraba un poco retirado, continuaron por el camino izquierdo, cuando llegaron para retornar la escalada, pensaron en desandar para ver a que distancia se encontraba la siguiente cueva. Miraron arriba y se dieron cuenta de que iban a necesitar energías y sacar las cuerdas, volvieron a la cueva que acababan de estar y se sentaron en el suelo al lado de las antiguas herramientas de tortura.

Comieron más despacio de lo habitual, porque se les quitó el apetito la sola idea de tener ese tipo de cosas. Cuando terminaron , echaron dentro de la bolsa de papel, la servilleta, el papel en el que venía envuelto los sándwiches. La botella la pusieron en otro lado para que cuando vieran un manantial poderla rellenar.

Continuará...... 

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