jueves, 10 de septiembre de 2015

Los vampiros atacan

Era un día maravilloso, o al menos, así me lo parecía, había estado en un templo bastante antiguo,  en un lugar paradisíaco, había estado  en una pirámide con un estilo mexicano; hasta que un viento huracanado, con un sol resplandeciente y una gaviota volando, comenzó a resquebrajarse la pirámide, en su lugar, se transformó en un león y cuerpo de toro; sacó de un barril numerosos murciélagos con alas rojas y blancas volaron hasta un barco que estaba a la deriva. El capitán quiso quitárselos de encima. Sin embargo, lo único que consiguió fue, que le devorasen. Solo pudo pensar "veo, pero no siento, siento pero no veo". Los vampiros, después, se alejaron, dejando un esqueleto viviente.
Los vampiros, se convirtieron en unos brujos, por la noche volaron hasta una isla, colocaron piedras formando un circulo, se subieron en ellas y no se helaron, sino que se quemaron por su maldad. Se transformaron en los tediosos vampiros hasta el día siguiente.
A la mañana siguiente, un hombre que iba por la calle, encontró el barril, levantó la tapa para mirar en su interior por curiosidad; al ver que contenía manzanas, se llevó el barril, lo introdujo en la bodega y cerró con llave.
Al mediodía del día siguiente, su esposa, abrió la puerta de la bodega, depositó varias manzanas en el cuenco. Se disponía a cerrar la tapa, cuando uno de los vampiros le arrancó la piel y la carne de un solo mordisco; transformándose en magos. Como el hombre todavía no había llegado, salieron de su escondite.

Volaron hasta las pirámides mexicanas y allí, revivieron a sus antecesores, pero con lo que no contaban fue que se hicieron con su poder, intentaron unirse pero sus sucesores no quisieron, así pues. Su poder, se volatilizó y únicamente ahora solo pueden atacar para siempre a los humanos.

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