El mercader de las mesas rotas era un mercader, que compraba mesas rotas a la gente y las vendía por el doble a los escultores para que las aprovechasen.
En una de las casas que pasó para adquirir una mesa rota, el hombre se negó porque necesitaba la mesa para hacer sus esculturas. Cómo el mercader sabía en que barrio residían y él necesitaba mesas, porque era la primera hora y acababa de comenzar, le llamó mentiroso y le pegó una paliza hasta dejarlo inconsciente, buscó por toda la casa, hasta que consiguió varias y le dejó allí tirado. Efectivamente el hombre, aunque estaba empezando, tenía manos para la escultura. Se apropió de ella y la revendió, de esa manera dobló su fortuna y se labró otro camino, marchante de escultura de cristal.
Vender es saber compartir
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo, vender es saber llevar a la persona a tu terreno
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo, vender es saber llevar a la persona a tu terreno
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo, vender es saber llevar al cliente a tu terreno, convenciéndole
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