lunes, 4 de julio de 2016

Las Aventuras de los tres mundos (IV)

A las dos semanas de lo acontecido, el rey de los Trasgos, le mandó un mensajero, con una declaración de guerra, por haber sustraído de su país el corazón de la diosa Luiste, recubierto de jade y amatista. Le daba tres días, para que le fuese devuelto, o sino se tendría que preparar para la guerra.

Con la ayuda del mensajero buscaron el famoso corazón; enseguida lo encontraron, en las cercanías de la torre. El mensajero les dio las gracias y se marchó. Al rato uno de los carceleros, le explicó que Constus se había fugado.
-Esposo mío, ¿a dónde vas con ese traje morado?
-Voy en busca de tu hermano Constus que se ha fugado ¿no habrá pasado por aquí?

- ¡Hay! ya quisiera yo, pero sabes que hay mucha vigilancia.
-Cierra la puerta con llave. Mandaré que dos soldados guarden la casa, durante mi ausencia.

-Capitán, usted y sus hombres buscarán en el país de los Tuertos.
-General, usted y sus hombres irán al Mundo de los Animales y el mar.
-Ambos quiero que me lo traigan vivo.

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