Llevaron a la supuesta criada al potro; pero al ver el dinero que le daban, la retuvo varias horas. Cuando pensó que ya había hecho suficiente teatro, mandó que la llevasen a la mazmorra más alejada de la luz.
Uno de los soldados, que la vigilaban, dejó su puesto, aprovecharon las tres mujeres para escaparse.
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