martes, 8 de agosto de 2017

Subieron discretamente a la buhardilla, la Señora, se puso las ropas de la criada, pero su amiga no pudo cambiarse, ya que la ropa no era de su talla. Por suerte, vino la criada de la amiga y le entregó su ropa. Bajaron por las escaleras de servicio y se marcharon por los pasadizos.

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