miércoles, 2 de marzo de 2016

El Asesinato de Angkor (IV)

Uno de los soldados que tenía envidia de un ministro y de un general, comunicó que había sido el general Yong, recientemente ascendido a ese grado.
El general tras interrogar ser interrogado, se dio cuenta que era inocente, así pues, vigiló al soldado, como posible sospechoso.
Al rey-dios, se le ocurrió  llamar a una de sus bailarinas, habló con ella y la mandó, que si era necesario, después de la fiesta del Año Nuevo, una vez finalizado la fiesta, embriagase al soldado que decía era bastante flacucho y quería que le sacase como fuese, información para saber si era inocente o no, por supuesto, le entregaría el mejor vino y los mejores dulces para su deleite.
Después del segundo día de los oficios, el rey ofreció la majestuosa fiesta prometida, los dos altos funcionarios y como excepción los sargentos

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