Las farolas a las once de la noche, estaban parpadeando. Las hojas de los árboles se movían con ritmo; cuando una chica joven regresaba a su casa por una solitaria calle. Cuando un hombre jorobado, con barba y muletas, la asestó cuatro puñaladas en el corazón.
A la mañana siguiente, una anciana, vio el cadáver y rodeado de cuchillos; en la boca tenía una pelota y los huecos estaban vacíos. Gritó, salió corriendo pidiendo ayuda como una loca.
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