martes, 22 de marzo de 2016

Las Farolas (II)

El jorobado se llevó el cuerpo, asegurándose primero de que no había nadie. Cuando la policía, al no encontrar ningún cadáver, la preguntaron si estaba segura; ella lo afirmó. Era en ese lugar. Al no ver nada, los policías abrieron la puerta del coche; teniéndola que cerrar, al ver un cadáver colgado en forma de cruz. En las manos, tenía dos rodillos. La cara estaba manchada de sangre y los pantalones estaban manchados de pintura azul. Llamaron por radio para que  acudiese una ambulancia, la policía científica y más coches patrullas.
Durante el transcurso de media hora, el cadáver de nuevo desapareció. Al llegar sus compañeros lo rastrearon  por todos los sitios, sin ningún resultado satisfactorio.

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