martes, 12 de abril de 2016

Muertes comunes (III)

A las dos, cerré la tienda.
Curiosamente, ese día me senté en una terraza en un bar, aprovechando el buen tiempo. Al rato, ella hizo lo mismo; con un hombre que le doblaba la edad.Al principio todo fue normal; antes de que llegase el camarero, tuvieron una acalorada disputa;  él cabreado se marchó. Ella habló por el móvil y  enseguida dejó el bar.


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