Esa misma tarde la volví a ver en una heladería; aprovechando que estaba vacío, le entregó información. No sé si tiró el papel o se le cayó al suelo, pero si le puedo asegurar es que le entregó una llave y un papel con una dirección.
-¿Recuerda algo más de ese día?
-Ya no la volví a ver. Hasta hoy que he divisado a este hombre con rastas, de uno ochenta y con ropa ancha; con un cuchillo de doble hoja.
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