martes, 7 de junio de 2016

Capitulo (IV)

El viernes, día de mercado, aprovechó para acercarse al puesto de venta de esclavos; para ver si pasaba el aguador para preguntarle si estuvo por allí el miércoles de la semana pasada. No lo encontró, pero si una ganga; una muchacha de quince años, que le podría ayudar, haciéndola pasar por una prostituta, si, la verdad, es que una buena idea, no tendría que pagarla nada; únicamente, lo que ganase con la prostitución, y él a cambio, le sería rentable para su negocio, porque no tendría que pagarle. Si tenía una mala noche, no cobraría". Así pues, aprovechó que estaba allí para hacer su compra. Después de pujar por ella; por un precio bajisimo por una belleza de ojos azules y pelo tan rubio como el sol. Debido a que sus padres, la habían vendido porque no tenían nada para llevarse a la boca.

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