lunes, 13 de junio de 2016

La Calavera Infernal (IX)

Al día siguiente por la noche, la capitana y la tripulación se fueron a Handbook, salvo Rose. Según andaba pensaba.
"Como recuerdo, antes de ser marinera, como vestí y peiné para el baile la última vez, en el primer baile de casada.
La peiné con rizos en forma de corazón hasta la barbilla recogidos por detrás con una cinta, permitiendo que los  que no estaban dentro cayesen por encima del hombro. Se puso un vestido rojo que es la última moda, ciñéndola un poco la manga con puntillas que no le llegaban a la mano.
A las once, como estaba previsto, anunció a su grupo de amistades, incluido su marido, que la dispensasen, que no se encontraba bien.
La ropa la dejamos en una silla con tapicería roja y de madera de nogal que hacía dibujos en el reposabrazos.
Me regañó, al no haber cogido ropa de hombre, para poder correr más. La respondí que no pude porque el ayuda de cámara pasaba cerca de la habitación de su marido. Menos aún, la que  a ella le gustaba; al final de la rodilla se ceñía con una puntilla al pantalón. Con la ropa de los criados, tampoco tuvo suerte, lo único que pudo coger fue su ropa.
Dejamos atrás parte de nuestro pasado; es decir, la majestuosa cama con dos ángeles."

Sin darse cuenta Rose llegó  la Calavera Infernal. Como la otra vez tuvo que separar la gente para que le permitiese moverse.
-Hola Richard ¿qué sabes de lo mío?
-Ya sé quien es, tu nueva capitana.
No pudiéndoselo creer, le pidió que antes de que se marchase, le acompañase hasta el barco para verificar que no estuviese confundido. Al llegar, tuvieron una cruel sorpresa. Jannet ¡ estaba muerta!

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