miércoles, 3 de diciembre de 2014

La investigación

-Según la grabación que tenemos de un texto nos podemos darnos cuenta que el policía que estaba ayudándome en la investigación es el sospechoso; me refiero a un tal Gustav, si el chico que acaba de entrar en el cuerpo de la policía.
El inspector se dirigió a su mesa para recoger los papeles, y todo lo demás; pero allí la cinta se había evaporado. Extrañado se puso a revisar por todos los cajones; definitivamente no estaba, aprovechó que tenía a mano derecha a su compañero para preguntarle si sabía algo de la cinta,  le respondió que si se acordaba bien, Lexi, si el esmirriado con ojos de búho, la había cogido de encima de su mesa. Precisamente ese día, se dio cuenta de que era su día libre.
Regresó  a donde estaban los compañeros del otro cuerpo, disculpándose porque no podía poner la grabación debido a que un compañero se lo había llevado sin consultárselo.

Estuvieron revisando las demás pruebas, dándose cuenta de que el asesino era diestro y un hombre anciano, por lo mal que se las había asestado.
Al día siguiente, sus compañero Lexi no vino al trabajo pero tampoco llamó.
A la semana siguiente tampoco; extrañados decidieron acercarse a su casa. Una vecina, al verles, les preguntó indignadas el por qué no habían venido antes ya que hacía tiempo que no pasaba por su casa y necesitaba una herramienta que le había prestado para arreglar un trozo de mesa.

Preguntaron si sabía donde se había dirigido, le respondió que no, sino, le habría pedido el número de teléfono. Le dieron las gracias y se marcharon.
Como estaban en un punto muerto regresaron a la comisaría.

Nada más llegar les dieron la desagradable noticia de que en un antiguo hotel, acababan de encontrar en el balcón del hotel, un hombre muerto.
Como  estaba cerca  de la comisaría se acercaron paseando; el hombre, que yacía encogido porque era bastante estrecho, correspondía a su antiguo compañero. Después de un registro exhaustivo, no encontraron el vídeo.
A los pocos días todos los sospechosos habían sido asesinados, eso quería decir que tenían que volver a empezar.
Al año, el asesino que era un adolescente, se entregó a la policía, llamándoles inútiles, gritando a los cuatro vientos, que él era el asesino.
Los policías no se lo querían creer, pero sí de manera irrefutable lo era; así pues, decidieron regresar a casa; registraron a fondo sin encontrar el vídeo.
En el preciso instante en el que salían de la casa sonó el teléfono, una voz gangosa de hombre dijo que eran unos completos ineptos, colgando en el acto.
De nuevo volvieron a registrar todo, encontrando un vídeo y otras cosas que al principio no habían sido halladas.
Cuando llegaron a la comisaría metieron el Dvd y vieron algo que que no esperaban, el asesino con el pasamontañas y Lexi con el labio ensangrentado, la nariz rota y una brecha;  estaba sentado en una incómoda silla de metal que tenía pinchos. Le preguntaba por la situación del vídeo, respondiendo malamante y llorando que no lo sabía.
Ellos se quedaron asombrados y bastante decepcionados.
Al día siguiente, nada más abrir la comisaría, vino una mujer joven con un vídeo en el bolso, al sacarlo, antes de que se fuese, le hicieron que se quedasen. Lo pusieron en el acto dándose cuenta de que era el vídeo que buscaban; además había otras conversaciones y otras personas que  habían sido asesinadas por la misma persona. También pudieron identificar al asesino que era un policía trastornado, según pudieron comprobar en su hoja de servicios.
Hicieron entrar a la mujer que estaba esperando, la ofrecieron algo de beber, rechazándolo, le preguntaron quien le había entregado el dinero, contestó que alguien había dejado ese vídeo en la recepción del hotel en el que ella trabajaba y no era cliente del hotel. La dieron las gracias y la dejaron que se marchase.

Al llamarle a los dos días le encontraron maniatado, amordazado y con una nota que decía: "si me desatáis, volaréis por los aires". Salieron cautelosamente de la habitación, llamaron al cuerpo que desactivaba las bombas.
Cuando pensaron que todo estaba tranquilo y lo podían desatar; la bomba estalló, teniendo la suerte
de que los agentes que se encontraban más cercanos a la puerta pudieron salir ilesos, los otros salieron  por los aires con una carta que decía:
" Os advertí, vosotros me habéis matado, no yo, todos los que maté lo hice por humanidad, ya que, eran unos perdedores.

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