-El es Marcelo, a él también si no me localizas, puedes pedirle que te revise los trabajos; hasta que veamos que estás suficientemente suelta, para no tener que mirarlos.
-Ella es Sandra, tu tutora, ella por supuesto te mirará todos los trabajos cada dos días, al principio y así paulatinamente.
-Ésta es Estefanía, como buena profesional, la puedes preguntar igual que a todos nosotros, aunque no pueda revisar los trabajos.
-Hombre, Estela, no te había visto, estaba tan atareada con el trabajo que no me ha dado tiempo a saludarte.
A las tres de la tarde, nada más entrar, me puse los guantes y la bata, preparé las mezclas, me senté en la silla y me puse a trabajar. Al principio no llovía, pero luego, comenzó a llover y empecé a evadirme. Con mano firme, empecé a pintar con suaves trazos. Una vez terminé de restaurar pintar finalizó la lluvia.
-Marcelo, ya he rematado el espejo.
-Yo también. Comprobaré que tal ha quedado.
Alejandra, al ver que los dos nos acercábamos a mi mesa, preguntó si ya había terminado. Como ella no había terminado, dejó que Marcelo lo revisase.
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