viernes, 29 de enero de 2016

La Esclava de la Muerte (IX)

Restauré la mesa con sumo cuidado. Una media hora antes de la salida del trabajo y terminé y dije que ya había terminado. Como ayer trabajé más de la cuenta me dijo que me marchara a casa la jefa de departamento.
Al día siguiente el espejo, estaba igual de destrozado que la vez anterior. Cogí todo lo necesario y entonces se puso a llover de manera torrencial. Esta vez, iba a empezar a viajar en el tiempo cuando apareció el esqueleto con alas, con un pergamino, con una pluma, con un tintero; solo entonces pude soltar el pincel, me tendió la pluma, mojé la pluma en el tintero y para mi horror era sangre, intenté soltar la pluma, pero él me dirigió la mano hasta el pie de la página y me hizo que firmara. Cuando firmé desapareció y continué trabajando.
Paró de llover a la hora de la salida del trabajo. Dormí mal, a diferencia que ayer.

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