sábado, 23 de enero de 2016

La Esclava de la Muerte (V)

-Muy bien
-Ven conmigo, que te voy a dar más trabajo.
En el almacén, Alejandra, estuvo buscando durante un rato, algún espejo que tuviera algo más de trabajo, que los anteriores. Ella y Cintia sacaron el espejo, para poder trabajar.
Fuera del almacén y que estaba en mi mesa, Marcelo, me dijo tranquilamente que haber cuanto tardaba. Sin embargo, esta vez sin llover, con todo preparado, me puse manos a la obra y terminé en treinta y cinco minutos.
Esta vez, Alejandra, que ya había rematado su trabajo, vino a ver el mío. En lugar de darme igual de sencillo que los anteriores, me dio uno que era para dos días.
Enseguida, me puse a pintar el nuevo cuadro. Sin haber comenzado a pintar, llovió, entonces me evadí, sentí que iba desapareciendo, ya no estaba en el siglo XXI, sino que me encontraba en la Prehistoria.




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