La primera fue, una mujer de treinta años, muy atractiva que tenía un hijo de un año. Le preguntó que si le apetecía ir a su casa, que no estaba muy retirada del bar, aceptó encantada, según paseaban, pasaron por una floristería, le compró un ramo de rosas.
Cuando llegaron, mantuvieron relaciones sexuales, mientras se iba haciendo la comida. Después de comer, sacó champán. Iba a abrirla, cuando ella, fue al cuarto de baño. Aprovechó la ocasión para echarla un veneno en su copa. Al verla llegar, descorchó la botella, le sirvió primero a ella, él también se echó en la copa. Enseguida, se le empezó a cerrar los ojos, la llevó a la cama. Se cercioró que estaba completamente desnuda; la comenzó a desnudar, la esposó, la abrió las piernas y esperó a que se despertase; como él no podía hacer nada, se sentó a leer un poco.
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