lunes, 1 de febrero de 2016

El Amor lo puede todo (I)

Era una tarde de 1960 cuando Jhon, salió aprovechando para ir a una discoteca llamada la Golondrina, ya que sus compañeros del cuartel, no les apetecía bailar.
A las ocho conoció a Nick, un chico bastante atractivo, como a él le gustaba, rubio, con los ojos azules.
A las diez, Nick invitó a John a cenar comida china en su nuevo apartamento. Después de cenar, Nick intentó matar a Jhon con un buen champán, pero declinó el ofrecimiento porque, a las doce debería de estar en el cuartel, porque sino estaría arrestado dos semanas y, además, después, no tendría ningún día libre. Accedió pues, a acercarle al cuartel. Nick se fue a la cocina, roció con un veneno que no tenía sabor, invención suya, y le regaló unas galletas que hacía con sabor a fresa y chocolate, receta de su abuela.

A la una, en el cuartel, uno de sus compañeros de litera, tenía hambre, y como por la noche, cerraba la puerta de la cocina se percató de las galletas que tenía Jhon en una caja; se levantó y comió una. El "Gordinflón", como ellos lo llamaban cariñosamente, por la enorme barriga,  comió una, se le cortó la respiración y se derrumbó en el suelo, el "Gordinflon", le había salvado la vida

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