El siguiente fue, un hombre de noventa años, que ya no se acordaba nada, le preparó al buen hombre la comida, y le roció veneno, dejándole allí tirado, la cabeza metida en un plato.
El tercero, le llevó a un acantilado y lo arrojó, sin más miramientos. Su obra maestra fue, un anciano, colgándole por los pies en un árbol sin comida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario