domingo, 3 de mayo de 2015

A la hora de que el juicio se celebre

Era una noche silenciosa, de esas que te esperas cualquier cosa, desde que no ocurra nada, hasta que pase, esta noche, fue una de ellas. Mi madre, que estaba viendo la tele, con la ventana abierta, escuchó la sirena de una ambulancia que se estrellaba contra un coche que estaba parado en el semáforo que estaba en rojo.

A las cuatro de la mañana se disponía a meterse en la cama, cuando escuchó abajo que estaban hablando en gritos; les iba a pedir que por favor hablaran más bajo, cuando el hombre asestó cuatro puñaladas al hombre. Salió corriendo, dejando que se desangrase hasta morir. Llamó a la policía; vinieron a los pocos minutos. Interrogaron a mi madre, ella al explicarles todo lo que había visto y al describirles al presunto asesino. Se pusieron a buscarle, teniendo la suerte de poder detenerle ese mismo día.
Ahora está a la espera de que el juicio se celebre

No hay comentarios:

Publicar un comentario