martes, 24 de marzo de 2015

El Secuestro (IV)

-Gracias, no sé como darle las gracias por ayudarme a escapar de mis perseguidores.- Arguyó Hector.

- No se preocupe, el que esté sano y salvo es lo más importante.
A las diez de la noche, el cura, al poco tiempo de recibirle.
-Venga, vamos a salir por el pasadizo que da al museo Machado, de ahí iremos a la vieja catedral vieja que está construida en el siglo XIII cuando la noche sea más profunda, porque mañana no abrirán al  público porque hay comuniones.
Mientras salían por la puerta del pasadizo, escucharon voces.
- Seguro que están aquí, no puede ser que se hayan ido, o que no hayan venido aquí, es el sitio más cercano, según nos han dicho.
- Aprovecharemos que están empezando a buscar para salir corriendo, por este pasadizo que se tarda menos.
Al cabo de media hora.
- Está claro que no están aquí. ¿Dónde podrán estar?
-Vamos a buscar un hotel y continuamos la búsqueda mañana.- Propuso el más bajo que le llamaban el esqueleto por lo delgado que estaba.
En el museo.
-Me encanta este pasadizo con los pilares y los arcos.
-Es muy bonito, pero aquí no podemos cenar tranquilos porque este pasadizo es semicubierto. Bajaremos a los sótanos que están los granero subterráneos y pilares del fórum. Descansaremos hasta la una en los pasadizos de piedra, así aprovechará a verlos apagados túneles y respiraremos un poco de aire fresco, sin que nos vean, también veremos piezas sueltas de la época romana, como esculturas o grabados de piedra.

-He traído una linterna bastante grande, para poder ver por donde tenemos que pisar.

Al cabo de dos minutos después de haber bajado los peldaños del primer tramo de las escaleras.

-Ahora continuemos todo recto para encaminarnos a un túnel que está muy próximo.
-Yo no sé tú, pero yo al menos estoy muy cansado.- Respondió Hector bostezando, e intentando que no se le cerrase los ojos y obligándose a no sentarse.
-A mi me pasa lo mismo, pero tenemos que continuar si no quieres que nos cogan.

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