viernes, 27 de marzo de 2015

El Secuestro (VII)

-Vamos, -Dijo el que le había acompañado, poniéndole una venda en los ojos.
Empezaron a subir a las escaleras.- Llegaron a la calle y le metieron en la furgoneta rápidamente.
Al cabo de media hora, llegaron a un solar abandonado, entonces le sacaron, le encerraron en una pequeña, húmeda habitación sin ninguna ventilación ni ventanas.
Al rato, le sacaron de la pequeña habitación, le retiraron la venda y a punto de pistola le condujeron a una habitación más espaciosa.
Le mandaron que preparase la hostia sagrada triangular, que colocase las vendas negras, una cuerda atravesada por plumas de cuervo, alfileres para pinchar las yemas de una joven bruja que tenía alrededor de veinte años, un candelabro llamado "La Mano de la gloria" que era de una persona a la que acababan de matar para uno de los sacrificios que tenían que hacer.
Después le mandaron que hiciese la cama con las sábanas negras para la cama. Una vez que todo estuvo preparado incluido el círculo con la estrella en forma de ataúd; el primero se acercó a la joven bruja y le mandó que  le dijera las palabras del libro.
Ella le besó en la boca le retiró la túnica ya se metieron en la cama. Cuando salieron, le dijeron que le diera una hostia para él y otra para ella.
Mientras esto ocurría lo estaban grabando, cuando terminó pasó el segundo, esta vez, vino otra no se sabe de donde, ella estaba vestida, le besó el cuello, luego la boca, le desvistió, después con una vela, le quemó ligeramente la muñeca derecha, comulgaron, bebieron vino y pasó otra pareja. Estos sin embargo, se descalzaron y pusieron los pies en las brasas encendidas, después se cortaron las venas. Cuando bajaron tenían preparadas unas vendas para tapar las heridas.
La última pareja, cogieron un lobo que de repente apareció con la pata rota y lo sacrificaron, después comulgaron y bebieron vino.
Una vez que todas las personas, habían hecho su sacrificio de una manera a otra, se terminó el primer día del ritual.
Entonces, dejaron de grabar, le vendaron los ojos y se dispersaron.

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