lunes, 2 de marzo de 2015

No me quitéis a mi amigo

Había un jornalero que lo que más anhelaba era tener un hijo para poder darle todo el cariño que él desde su más tierna infancia nunca le habían dado.
El día que su esposa le comunicó la feliz noticia de que estaba embarazada, invitó a todo el mundo a una ronda de vino.
A los nueve meses, cuando la mujer del jornalero dio a luz a un niño robusto, el granjero le regaló un ternero.
Al año, el niño se hizo mayor; al ver que iban a matar a su amigo, el padre se acordó del regalo que le hizo por su nacimiento y no lo mató.
Sin embargo, cuando el niño no estaba delante lo mató y su esposa, lo sirvió de cena. La madre se apiadó de él, comprándole un perro; así el niño no se quedó solo.
Así todos estuvieron tan contentos, los padres comieron el sabroso ternero y el niño tuvo un amigo

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