lunes, 20 de abril de 2015

La Boda de María y Pablo (VII)

El día 2 de septiembre del 2014, fue mi despedida de soltera; me llevaron a un striptis con cena, como sabían que no me gustaba disfrazarme, decidí ponerme una falda vaquera y una camiseta corta con unas manoletinas.
El martes tuvimos que ir al registro a las nueve de la mañana porque no abrían por las tardes. Después fuimos a pedir presupuestos para el fotógrafo.
Hasta pasadas tres semanas no encontramos ninguno, rectifico uno, pero como ya había concertado el trabajo de maquillaje y peluquería tuvimos que seguir mirando; como expliqué antes, hasta la tercera semana.
Entremedias de el fotógrafo, maquillaje y peluquería, me olvidé de escribir que hojeábamos alianzas, porque no nos gustaba ninguna o eran demasiado sencillas o bien muy exageradas o muy caras. Hasta pasada la sexta semana no encontramos ninguna. En ésta se mezcla el oro blanco y oro amarillo. La mía llevaba una pequeña piedra y la suya no. Pedimos que pusieran la fecha en los anillos. Como no tenían mucho trabajo tardaron poco tiempo.
Seguimos mirando por internet cuando llegamos a casa, aunque de momento el restaurante que más nos gustaba era el salón Picris. Al cabo de dos o tres semanas encontramos el restaurante.
Hasta la séptima semana, la despedida de soltero de Pablo no se pudo celebrar porque unos no podían, así que hasta que se pusieron de acuerdo en la fecha; en la hora, en lo que iban a hacer, tardaron bastante según nos enteramos después. Decidieron que irían a ver como eran los espectáculos de los dracqueen; a él le disfrazaron de Pedro Picapiedra; estuvieron durante un rato viendo el espectáculo y luego se fueron de bares; otro espectáculo de estriptis y para terminar chocolate con churros, antes de irse a la cama.

El lunes encontramos el restaurante que tenía encanto en Navalcarnero, porque era como si estuviéramos en una casa grande de labranza, tenía una fuente y herramientas agrícolas, pero como no pudimos probarlo porque había que pedir cita y además para ver la vajillas y todo lo demás.
El martes llamamos al restaurante de Navalcarnero y nos dieron cita para dos semanas después.

El día de la cita nos sirvieron pequeñas cantidades de varios platos para poder probar; también distintos entremeses y tartas.

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