viernes, 10 de abril de 2015

Una Compra con los ojos cerrados (I)

Era noviembre cuando Rafa compró con los ojos cerrados un chalet de seis habitaciones en un pueblo de Brasil, hizo una compra con los ojos cerrados de la casa por valor de 6.000 euros, en primera linea de playa, y cercano a un acantilado. Él que era un joven licenciado letrado penal, con buenas notas, bastante atractivo; es decir, complexión atlética, con flequillo y gafas; compró sin ir a visitarla.
En el puente de diciembre, quedó con sus amigos y se fueron al pueblo en Brasil para celebrar una fiesta.

En Brasil alquilaron un coche; condujo Rafa por la espesa niebla, hasta llegar al chalet; cuando llegaron, sacaron las maletas. Iba a introducir la llave, cuando se dio cuenta de que la puerta a parte de crujir estaba abierta, las cortinas estaban corridas, la luz no funcionaba ni el teléfono. Los sillones estaban rotos, pero aún así, dejaron las maletas en el salón. Subieron las escaleras hasta llegar a la habitación principal, la mujer de treinta años, estaba esposada, y le faltaba trozos de piel del brazo derecho. En la habitación contigua, el marido le habían vaciado los ojos; en la tercera habitación, que sería la del niño, le cortaron el dedo indice, en la cuarta, la habitación de la niña, yacía tumbada en el suelo, sin la mano derecha, en la quinta, la criada únicamente le habían apuñalado y solamente tenía escrito una advertencia,  "aquí no se vive, alejaros de aquí". Rafa bajó corriendo las escaleras, salió de la casa a respirar aire puro.

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