Enseguida los matrimonios que tenían niños se despidieron de nosotros disculpándose por no quedarse más. Para finalizar la cena licores y café.
A las doce, abrimos el baile con un vals; la maquilladora se acercó para retocarme el maquillaje y el fotógrafo para sacar una instantánea. Como le prometí a mi padre bailé un vals con él. Luego mi suegro bailó conmigo , mi madre con mi marido y mi hermana con mi marido.
Luego pusimos música de baile para todos; para que la orquesta descansara durante una hora. Hubo gente que empezó a irse al coche a ponerse zapatos planos porque estaban cansadas de tacón.
Después de la hora estuvieron tocando distintos tipos de música hasta las seis de la mañana con barra libre. El resto de las mujeres que todavía no se habían cambiado lo hicieron a las tres de la mañana. Hubo gente que se marchó a la una; otra que se fue a las dos....
Las personas que se cambiaron al principio duraron hasta las cuatro de la mañana.
A las seis nos quedamos unos pocos, pensamos que ya que éramos unos pocos podíamos ira a desayunar. Preguntamos al camarero por una cafetería; nos respondió que si queríamos podía ir él a por churros. Le dimos las gracias y al rato le vi con una bandeja de churros y con chocolate.
Los pocos que quedamos fuimos: las últimos que se habían cambiado de zapatos y uno o dos que habían aguantado el tirón. Una vez terminado el desayuno, me puse de espaldas y tiré el ramo de flores; que hasta hacía poco me había acompañado.
-Lo he cogido, lo he cogido.- Gritó emocionada Violeta.
Al rato la gente se empezó a despedirse de nosotros, de mis padres y los de Pablo.
-Hasta luego- Dijo Alfredo que era el mejor amigo de Pablo dándole un fuerte apretón de manos
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