sábado, 15 de noviembre de 2014

El dinero (I)

Desde el paseo de la playa, una patinadora vio a una bañista como se lanzaba desde arriba de la gruta, cayendo en las rocas, en lugar del mar. En cuanto vino la policía toda la gente que estaba alrededor se acercó a ver que es lo que pasaba. No iban a abrir una investigación, porque parecía que era obvio, la bañista había calculado mal y cayó entre las rocas. En ese instante en que iban a llevársela la ambulancia, sonó el móvil, lo iban a coger cuando paró de sonar. Entonces pudieron leer en la pantalla, ¡he ganado!. Interrogaron a todos los presentes, sin resultado alguno, solo quedó esclarecido, que se encontraba sola. El interrogante más normal era¿ por qué se había arrojado?

Cuando los padres de ella, se enteraron de la terrible noticia por boca de la policía, no se lo podrían creer. Hacía casi dos horas que su hija se había marchado de casa, para ir a la playa, sinos apetecía íbamos con ella;les preguntaron si su hija iba documentado, les respondió que sí. Como decía ella, nunca se sabe lo que puede suceder. También si tenía algún enemigo, lo negaron rotundamente, ni tampoco tenía depresión, sino todo lo contrario, la habían ascendido recientemente. Se marcharon con la información prometiendo que en cuanto tuvieran más información se lo dirían.
Como los padres le comentaron que vivía con su novio que cuando había tenido un mal día bebía mucho. Si no estaba ella porque tenía reuniones y salía tan tarde que él estaba dormido, no pasaba nada, hablaban con toda la normalidad y la mimaba si estaba enferma; la comprobaba cosas o hacían cualquier cosa, iban a la playa si era verano, o al cine... si tenía la mala suerte que estaba en casa en uno de sus malos días, depende de la contestación que le diese le daba una pequeña bofetada, o si le contradecía en todo la podía mandar al hospital.
Se dirigieron allí, ese día precisamente estaba borracho, por lo tanto, al obligarle a darles información, pegó a un policía, así que, lo arrestaron, encerrándolo veinticuatro horas.

A la mañana siguiente, lo sacaron y lo interrogaron, llorando por su querida novia, respondió amablemente, que ese día había dejado una nota para que no se preocupase porque iba a ver a sus padres. Ellos respondieron que ella cambió de opinión y fue a la playa; le preguntaron si tenía algún enemigo, argumentó que sí, una compañera que la llamaba Sarita, antes de la ascendiesen porque eran grandes amigas  

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