sábado, 22 de noviembre de 2014

En la penumbra

-¿Qué es esto? ¿donde estoy?
-Gritó horrorizada Michele, al no ver nada ni saber si saldría. En la oscuridad, el tiempo se hacía eterno, no sabía si era de día, tarde o noche.
Con mucho miedo, y con las manos atadas, intentó ponerse de pie.
Después de muchos intentos, lo consiguió, también desatarse, en un hueco de la pared que estaba bastante afilado. Una vez hecho esto, palpando por todos los sitios consiguió las llaves, dándose cuenta que no hacía falta subir por las escaleras; sino que había una salida más cercana; giró el pestillo, pero estaba cerrado. Observó que tenía cristales, con mucho cuidado de no cortarse y de no hacer ruido, los rompió, metió la mano para girarlo. Corrió sin saber que dirección tomar. Las únicas cosas que sabía con total certeza eran dos:  que era libre, podía ir donde quisiese, a sus once años, y nunca más la obligaría su abuelo a que se acostase con él ni que robase.

1 comentario: