jueves, 20 de noviembre de 2014

Nunca pensé que era cierto.

Aunque la mayoría comenzaba a vestir con ropa más preparada para la época; algunas mujeres, bien porque les gustase, o por otra cualquiera razón, continuaba con el pelo corto y rizado, con labios rojos y un sombrero negro de copa.
Así pues, nuestra recién llegada a la ciudad, vestía un poco anticuada, como hemos dicho antes, una de estas mujeres que vestían con el pelo corto y rizado en color negro, salvo que ella, pelirroja, siempre se negó rotundamente y más a sus cuarenta años y que ahora era lo último. Como comentaba, nuestra amiga se presentó como Vinti con su amada gatita Misi, pues bien, dejó al chofer al cuidado de su Rollce- Roce  de color negro cerca de la pastelería, que era una reliquia familiar y le daba pena el no continuar con la  tradición de sacarlo, al menos, un día a la semana. Pues bien, dicha señora, llegó al número 23, a un antiguo cabaret, que, aunque en Francia, ya no era popular, aquí si que lo era; las bailarinas del cancan, comenzaban la función; se levantó el telón, preguntó por la dueña, pero la respondieron que dentro de media hora regresaría. Le indicó donde podría encontrarla; pasó por delante del chofer porque se dirigía a la pastelería.

Cuando llegó, entró, no teniendo que buscarla, porque solo estaba ella. Antes de sentarse, se acercó al mostrador de la enorme pastelería para pedir un café con unas pastas.

- Cuanto tiempo Vinti, ¿que te trae por aquí?- Le preguntó asombrada Carlota
-Verás, me he arruinado, y claro, no quiero vender las cosas, porque sé que perderé a mis amigos.- Respondió tristemente, casi al borde de que resbalasen las lagrimas.

Iban a continuar la conversación, cuando Vinti observó que el camarero traía el pedido, entonces aprovechó a seguir saboreando tranquilamente su napolitana de crema y su delicioso chocolate.

Una vez que hubo servido el café y se alejó, pudieron continuar sin ser escuchadas, esta melodramática situación.

- Lo que puedes hacer, es casarte con un hombre por dinero.

-Eso está muy bien pero todos están casados.

Hubo un  rato en el que cada una continuó con sus pensamientos hasta que Carlota, pudo retomar la conversación porque ya tenía la solución.
- Tengo la  solución, tengo un amigo, que es de tu edad, es bastante feo, por eso, nunca se ha casado.

Al presentar a su amiga a Vicenco, ella se enamoró de verdad y él también de ella.




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