viernes, 6 de febrero de 2015

La Primera película

-No te lo puedes creer¡me han cogido para la actriz principal; además no tengo que pedir permiso, porque comienzo a rodar en julio, por lo tanto, no pediré los billetes para irnos a Hawai, como tenía previsto!- Exclamó ilusionada y excitada Lorena, que era una chica joven de treinta años, canaria, robusta, con ojos verdes, que era azafata de vuelo y que acababa de terminar una película de poca monta.

-Me alegro cariño, iremos a celebrarlo al restaurante que vimos el otro día.- Le felicitó, su esposo, que le adoraba, aún que trabajaba de fontanero, intentaba siempre, dar lo mejor a su querida esposa; además el tenía suerte de que comiese lo que comiese nunca engordaba.

Cuando terminó de felicitarla, fue al salón a coger el teléfono porque  el de la cocina se había estropeado. Nada más colgar, Lorena, fue a casa de su madre que estaba muy próxima para decírselo. Aprovechando esto, Luis, cocinó una lasaña que nunca lo había hecho; esperaba que no se fuese a quemar; salió a comprar champán, preparó también una tarta de chocolate.
Cuando regresó Lorena, pensó que la luz se había ido, tocando a tientas, hasta que llegó a la mesa del salón y escuchó una música romántica de fondo, con unas velas, la mesa ya puesta; se sentó, no permitiéndola que hiciese ella nada. Se acercó a la cocina; un trozo de lasaña para Lorena y luego el suyo; bebieron vino durante la cena; cuando terminaron sacó el postre, puso en su plato una porción de tarta con nata montada.
Terminado el postre, Luis puso en la cintura de su esposa y se pusieron a bailar. Cuando terminó la canción, descorchó el champán.

A la mañana siguiente, fueron a casa de su amiga Tania, aunque no le caía bien, aceptó a regañadientes el ir.

-Estupendo Lorena, ¡tu primera película como actriz principal, en una película!

Mientras Luis se levantó; pensó en ir a robar el dinero, que sabía que lo guardaba en su joyero, o mejor las joyas; luego dio marcha atrás, porque, aunque lo hubiera rechazado años atrás estaba profundamente enamorado de su esposa. Porque la quería más en este mundo era verla feliz. Nada más salir del baño, se dio cuenta que había hecho lo correcto.

Después de cenar en casa de Tania, se marcharon andando hasta su casa cogidos de la mano.

Mañana sería otro día.

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