lunes, 23 de febrero de 2015

Se enamoró tres veces y dos fue correspondido

En la casa de Colax, que era un adulador de todos los magistrados en Atenas, nada más llegar vio el fantasma de esposa Kitharistes que había sido una buena flautista y una posesa. Él decidió que si volvía a casarse no la engañaría dos veces.
Al día siguiente Colax, se acercó a las tierras de Georgosm que era el segundo labrador más rico de toda la zona; dejando a un lado a él. Le preguntó si su hija Simias, estaba ya casada, le respondió que no. Planearon la boda para dentro de dos años, ya que no estaría de luto y ella ya tendría doce años.

A los dos años se casaron, Colax y Simias,  en una boda en la cual estuvieron toda la gente del pueblo; menos los esclavos, que fueron ellos los que sirvieron las diversas frutas y carnes que habitualmente no comían por ser demasiada cara.
A los pocos días, su esposa, se acostó con el hijo de un senador.
A la semana, Colaxm que tenía que ir a ver a un cliente, se encontró a su esposa; al observar que se acercaba, despidió a su amante; ella le saludó y le preguntó que hacía ella, si se acordaba, que era día de mercado, ella le respondió que había visto a una antigua vecina, pero al verle, se marchó precipitadamente. Como no se lo creyó, le dijo que le acompañase a ver a un cliente y luego él le acompañaría a comprar. Simias que no se lo esperaba, accedió de mala gana.
Después de negociar y cerrar el trato,  fueron a comprar, incluidas cosas que vio a un buen precio.

Esa misma tarde, pidió a uno de sus criados que entrara en casa de un magistrado y que lo matasen. Así lo hizo el criado y para demostrarlo le trajo la cabeza.
El siguiente martes Simias, fue al encuentro de su amado,  pero no se presentó,triste se fue, hizo compras para su marido y para ella cicuta; aprovechando que su marido no se encontraba en casa mandó que le preparasen agua miel y ella agregó la cicuta. Cuando llegó Colax, no se podía hacer nada por ella.

Él decidido a tener descendencia, se volvió a casar con Dafne, de catorce años, que era hija de un senador y que tenía una buena dote; por fin, encontró un nuevo el amor correspondido y tuvo descendencia, primero una hija y al poco tiempo un varón.
Así fue como pudo vivir en paz consigo mismo y en armonía

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