viernes, 12 de junio de 2015

¿Buena chica?

Había un hombre de cuarenta años, desnudo, bañándose en el río, cuando observó que una mujer discutía con otra más joven, la cual rondaría la treintena.
Iba a salir del agua, cuando escuchó un disparo, la más joven, asesinó a la otra dejándola en el puente. Arrancó el motor, pisó el acelerador, perdiéndose en la lejanía. Entonces,  se salió del río, se secó con la toalla, lo más rápido que pudo, mientras temblaba de miedo. Llamó a la policía, les explicó la situación; abrieron una investigación; pero únicamente pudieron encontrar un mechón que correspondía a una peluca de cabello artificial castaño rojizo.
A los tres días, consiguieron su móvil, una bolsa de deporte con raquetas de tenis destrozados. A las cinco se fueron porque había terminado su turno.
Al cuarto día, hallaron un disfraz de camarera, unas medias hechas jirones, la peluca quemada. Como caía la noche se fueron; por suerte no estaban muy retirados de la comisaría.
Al sexto, iban a dar por terminado la investigación, porque no se podía relacionar cuando, observaron una fotografía de una mujer morena, con los ojos azules y de complexión delgada, con otra mujer que era la asesinada.
Al séptimo día, interrogaron a los padres de Fani, los padres les dijeron que era una buena chica y que esa idea absurda de que había asesinado a una persona se nos tenía que quitar. Les preguntamos por el paradero; respondiendo que con el dinero que había ganado de la lotería se había ido a las islas Caimán. Les dimos las gracias, a los amables ancianos.
Se dirigieron allí para detenerla, por robo a un banco y asesinato, a todos los del grupo que lo componían que eran tres hombres y una mujer.
Así pues, finalmente, se la pudo detener en Francia, porque se había escapado; al tener noticias de que la policía la buscaba para detenerla.

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